sábado, septiembre 15, 2007

Comunar y ayuntar


Hace años que tengo para mí que la importancia de los municipios es básica, porque es el núcleo de poder más cercano al administrado, con sus ventajas y con sus inconvenientes. El otro núcleo es el gobierno de España, que debe ser fuerte, eficaz y rentable. Y por la experiencia habida hasta el momento, las diputaciones y autonomías ya las podrían borrar del mapa, especialmente en Vasconia y Catalonia. No han funcionado y volvemos a estar otra vez donde jamás debiéramos haber regresado.
Pero este es otro asunto. Ayuntamientos y viene de juntar y lo de comunidad es un conjunto de comunes, de tal manera que no es necesario mancomunar servicios. Basta con comunarlos y ayuntarlos. Esta es otra tendencia, la de pedir todas las competencias posibles, pedirse una oficina, un despacho para cualquier tema, con las consabidas quejas victimistas de siempre, y sin pensar antes si estas competencias son asumibles, rentables o convenientes. Lo vemos cada día con el caso de Formentera. Ellos sabrán (o no) o verán en poco tiempo los resultados.
En cualquier caso, Ibiza (dejemos aparte a Formentera) ya tiene algunos servicios mancomunados, mejor dicho, comunados. Es la única forma de rentabilizar servicio en una isla tan pequeña en extensión y tan intensamente poblada.
Los ayuntamientos en España se han convertido en un limbo aparte, donde se actúa conforme a tácticas no siempre confesables. En algunos casos se gastan cantidades astronómicas. Y muchos piensan que ceder la gestión de un servicio puede suponer ceder capacidad de... mangoneo.
Pero no queda más remedio. Hay muchas cosas que se deben tratar conjuntamente. Jamás nuestra isla había tenido una proporción en sus formaciones políticas como la actual. Es el momento de atacar frontalmente el problema (los miles de problemas que ha dejado por resolver y que ha creado el PP). Hay que actuar con decisión y sin filibusterismos. Y atendiendo con racionalidad las características (incluso físicas y topográficas) de los municipios, no vaya a ser todo como esta depuradora planificada (¿edificable?) en la cima de una montaña. Hablar mucho, cavilar y no perder el tiempo en tonterías.

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