miércoles, agosto 29, 2007

Adlib ya sabe a rancio


La moda Adlib nació a comienzos de los años 70 y actuó de inmediato como una cuña y como un efecto dominó. Significaba libertad en un momento en que no la había.
Por aquella época yo escribía artículos en el semanario Destino, en Diario de Mallorca y por supuesto en el Diario de Ibiza argumentando los beneficios del nudismo. La naturalidad del naturismo en la naturaleza.
Franco no sólo vivía sino que fusiló a unos cuantos antes de yo acabar la mili en África, de manera que en Ibiza la Guardia Civil perseguía nudistas en las playas y en Burgos, Madrid o Barcelona buscaba terroristas contra el sistema. En aquellos tiempos nació la moda adlib.
Y consiguió mucho: promocionar y canalizar un producto inventado, pero no comercializable; luchar por una imagen de Ibiza que hacía suyas algunas de las reivindicaciones hippies; promocionar la isla con una potencia de fuego impresionante. Y también supimos entre todos (yo hasta gané un premio, de los pocos que me han dado en mi vida) vender el producto, teorizarlo, divulgarlo.
Bueno, pues todo esto ya se acabó.
Si al Consell Insular y a algunos de sus consejeros les gustaba sentarse con actrices de segunda, cenas bobaliconas, un arrastre de periodistas triperos, etc., eso ya es otro cantar.
Pero este evento no aporta nada o muy poco a la moda de Ibiza. He dicho moda de Ibiza, la que existe, al margen de folklóricos (caros y poco rentables) desfiles. Porque eso sería una moda de Ibiza oficial: folklore. Ibiza es todo lo contrario: mil tendencias, improvisación, innovación (miren las discotecas), independencia. Han pasado más de treinta años y nadie lo ha querido entender. Por eso Adlib suena a rancio. Incluso yo diría que estos desfiles son contraproducentes.
Ahora bien, los creadores de Ibiza son muy libres (ahora, en 1972 les hubiera querido ver) de unirse, formar algún acto en discotecas, vender su producto confeccionado quién sabe dónde y de aprovechar la inercia comercial de Ibiza.
Pero Adlib, ¿adlib? Esto está muerto y mal enterrado. Tiene razón el conseller Joan Serra Mayans al ser escéptico. Precisamente porque Adlib tuvo éxito, creció, se divulgó y ya no es aquel niño no necesita más biberones.
Comprendo que los directamente implicados se sientan chocados por mis ideas. Ya hace tiempo que las tengo escritas, yo diría que décadas. Pero aquí nadie atiende.
Quienes piensen que pueden aportar alguna novedad pueden idear otro sistema para airear las cientos de tendencias de la moda de Ibiza. No lo duden. Y lo harán muy bien.

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