miércoles, junio 06, 2007

La isla de los cristales rotos



Cuando escribo estas líneas todavía no se han contado los votos por correo de los emigrantes baleáricos, y dado que Xico Tarrés ha ganado tan sólo por una diferencia de 53 votos la presidencia del Consell Insular, cabe tener en cuenta que no cambiaré este texto, sea cual sea el resultado definitivo, y que por lo demás ya da igual en Ibiza quién manda. (O quizás no, ya se verá).
Lo digo por el título: en Ibiza ya se han roto las cerámicas valiosas de dos mil años de antigüedad. Los cristales ya están machacados y las piezas escondidas y enterradas en algún conglomerado, para no dejar más pruebas.
Ya les vale.
Que da igual que en las consejerías rijan licenciados en Filosofía y Letras, letrados o amantes del arte: el destrozo venía mandado por arriba, esto es por la locura, y no mandan razones donde no puede haberlas.
Y la prueba es que el PP no se explica las causas de su derrota unos días después. No encuentran explicación. O simplemente no tienen arrestos para darla, lo cual es mucho peor. El Partido Popular es un partido importante, que en Baleares (al menos en Ibiza) se ha ganado un puesto en la oposición durante al menos cincuenta años.
El PP de Ibiza ha hecho lo que más tememos los gobernados: que el gobernante se vuelva loco y le dé a la combinación que dispare el armamento atómico contra la China.
El PP de Ibiza ha enloquecido y ha disparado el armamento (grúas, retroexcavadoras, camiones, cementeras) contra los propios ciudadanos. A algunos incluso los ha echado de malas maneras de su propia casa.
¿De verdad no sabemos por qué el PP ha perdido las elecciones?
Y no es bueno eso. El PP es imprescindible en la oposición pitiusa, y si tenemos que echar del Gobierno de España al otro Napoleón. Ya no llegaremos a tiempo para evitar la escabechina zapateril, pero al menos salvaremos lo que se pueda.
En Ibiza se invierten las tornas.
Debemos recoger los fragmentos de las cerámicas y de los cristales. Los volveremos a unir, con el agregador de la paciencia y del decoro. Ibiza fue un sueño, y es ahora un sueño roto.
No sabemos qué nos depara el futuro, pero nosotros sólo podemos ponernos manos a la obra, con cuidado y constancia. Y haciendo que los culpables respondan de sus actos. Estaban advertidos mil veces.
Así anda el fenicio, sabiendo que las ideologías han muerto y que debemos usar el cerebro para discernir en cada caso lo que mejor nos conviene. Y así puede darse el caso de que en Ibiza no conviene el PP, pero que en España el que no conviene sea el PSOE y los nacionalistas. Andiamo.


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