sábado, junio 16, 2007

Cambios inaplazables


Es muy astuto Xico Tarrés cuando se declara humilde: sabe que vive políticamente de prestado. Perdonen mi tono retador, pero este hecho se verá confirmado en las próximas elecciones generales o legislativas, imagino que dentro de un año.
Cuando la maquinaria del Partido Popular se ponga a funcionar, el PP va a barrer en España y cuanto más tiempo pase, más en evidencia quedará este ahuecado personaje que es ZP, inventado por las presuntas izquierdas españolas (aliadas con el reaccionarismo romántico de los nacionalismos).
Bueno, regreso a casa: Xico tiene muchos votos por acción o por omisión de la derecha o del centro pitiusos. Ya lo sabe él. Y lo que es más alarmante para los vividores y zánganos de la política, también lo saben en el PP, aunque se cuidarán mucho de decirlo.
Desde antes del comienzo de las obras de las monstruosas autopistas (bulevares según la teledirigida Stella Matutes) yo había detectado en muchos amigos míos, votantes declarados del Partido Popular, un rechazo visceral (y digo bien) hacia distintos comportamientos de distintos personajes de su partido. En especial hacia estos extraños y grisáceos personajes que presumen de haber llegado muy lejos.
Las elecciones las ha ganado Xico Tarrés ante el beneplácito de mucha gente de derechas que ni siquiera se ha acercado a votar. O han pasado.
Y lo que se va sabiendo no es muy tranquilizador para los miembros del gobierno y del Consell de Ibiza.
Tiempo habrá para clarificar esto a quien le corresponda hacerlo. Sería un error gravísimo soslayar tanta basura bajo un manto de mal entendida cortesía política. De modo que a trabajar y a cada cual lo suyo.
Pero esta labor de clarificación con luz y taquígrafos, señor Tarrés, debe ir acompañada de otras medidas. Que su gabinete de prensa le refresque las quejas de los hoteleros, fomentos, empresarios, taxistas, etc. Quejas formuladas a Pedro Palau.
Ibiza necesita medidas ejemplares, ejemplarizantes e inaplazables. Déjese de cuentos. Nunca nadie encontrará tantos apoyos en la sociedad civil ni entre los empresarios.
Ibiza no puede ir peor. Perder a los niñatos clubbers durante seis meses no sería tan terrible (que tampoco debe perderlos, sólo mostrarles que deben comportarse como en su casa). Ibiza ya no puede ir a peor. Y es desde el gobierno desde donde se deben enviar mensajes inequívocos a la sociedad. En todo lo demás sólo cabe esperar, divulgar la Ibiza cordial y sensata de siempre y, desde dentro, impedir la pequeña piratería y el desmierde, el intrusismo y la delincuencia. Nadie ha dicho que sea fácil.

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