domingo, diciembre 31, 2006

Ibiza como ejemplo negativo (En 7 días)


Hace tan sólo unos años, la prensa de Ibiza hubiera dejado discretamente de lado a una delegación como ésta de menorquines que han venido a ver nuestra isla y han quedado pasmados. Pasmados de horror.

Ibiza estaba embebida de una intoxicación de ombliguismo, de una soberbia ciega y de una clase política que en mayor o menor grado ha llevado a la isla y a todos sus residentes a esta situación de colapso.

Ellos lo sabían y sin embargo lo han hecho.

Ahora ya tenemos los resultados: somos lo que somos, y lo que somos no nos gusta a nosotros y no gusta a nuestros vecinos. Al menos a todos aquellos que nos visitan durante el día en condiciones hidráulicas de perfecto equilibrio. Tampoco gusta a una mayoría de los turistas que nos visitaban. Por eso nos abandonan.

Ahora sólo nos faltaría que cerraran estas diez discotecas que están tan cerquita de las carreteras. Si nos quedamos sin este medio millón de colocados británicos estamos perdidos irremisiblemente. No vendrá nadie, porque nadie más que por debajo de esta pirámide turística de calidades.

Hemos venido para aprender lo que no hay que hacer –dicen los menorquines. Estas autovías consumen demasiado territorio. Es una barbaridad. No queremos que Menorca acabe así. Lo dicen, lo publican y todo el mundo sabe que tienen razón.

Pero es que tampoco nadie pretende seguir los pasos de nuestra catastrófica evolución turística. Empezamos bien, mejoramos, pero un buen día les quitamos la servilleta de la mesa para ahorrar unos céntimos y hemos acabado quitándoles la mesa. Al final, ya no comen. Sólo beben. Tenemos los borrachos de Lloret y los empastillados de la ruta del bacalao. El turismo de Ibiza es, hoy, un ejemplo universal de lo que nadie quiere para sí. Nadie quiere ser como Ibiza. Somos ejemplares en negativo.

Tampoco me consta que quieran copiar nuestra política de museos. Nuestro desprecio por la conservación del patrimonio, con especial odio a nuestros fenicios fundadores.

Nadie piensa que nuestros servicios estén acorde a nuestros precios. Y viceversa. “Fijaros bien en Ibiza y… haced todo lo contrario”.

Publicado en Diario de Ibiza, DOMINICAL, 31 de diciembre 2006