miércoles, diciembre 27, 2006


La venganza de Polanski

Su vida salió publicada bajo el título de Roman, que en francés -vive en París desde que salió huyendo de los Estados Unidos- significa novela.
Desde que nació, precisamente en París en 1933, fue trasladado a Polonia, pasó por un campo de concentración nazi donde murió su madre, escapó del comunismo, se residenció en Estados Unidos, donde asesinaron a su esposa Sharon Tate, embarazada de ocho meses... desde entonces, su vida ha sido más fascinante que cualquier novela.
No hay ni un solo guionista capaz de introducir en una película todo esto.
Y esperen, que esto no es todo: falta unas relaciones sexuales con Samantha Geiger, 13 añitos, que le supuso una persecución implacable por parte de un juez agarzonado con ganas de salir en la prensa amarilla. Ya había pagado por aquel delito o falta y cuando se revisó el caso, Polanski decidió salir volando. Era en 1978, diez años después de la terrible masacre causada en su domicilio por Charles Manson y los suyos.
No fue juzgado, y desde entonces, si pone un pie en Estados Unidos sabe que será detenido.
Obviamente, Roman no asistió a la ceremonia de entrega, cuando recibió el Oscar por `El Pianista´, en 2002 y muchos se preguntaron por aquel estrambótico caso judicial. Entre ellos Marina Zenovich, 43 años, que empezó a investigar cuando se apercibió del cúmulo de irregularidades del proceso, «uno de los capítulos más tristes de la historia judicial de Norteamérica», en palabras de Samantha, la afectada que ya le ha perdonado: Ahora tiene tres hijos y más de 40 años.
Marina ha terminado un documental que ya ha sido adquirido por la BBC y se estrenará en el 2007, cuando se cumplirán 30 años del caso Polanski. En la co-producción ha colaborado Steven Godenberg.
Polanski se ha negado a dejarse entrevistar y ha preferido seguir con su interminable escapada. Recuerden, de París a Polonia, de Los Ángeles a París y de ahí.... Estuvo viniendo a Ibiza durante más de diez años.
Pero Polanski dejó Eivissa y volvió a su refugio parisino. No fue el primero en abandonar una isla vencida por la vulgaridad, el cemento, las drogas y el vértigo. Ni ha sido el último.
De haber escrito un tercer volumen de entrevistas (`Ibiza, la senda de los elefantes´) Roman Polanski hubiera sido mi personaje ibicenco preferido. Pero hubiera sido excesivo, la propia isla se ha hundido y Polanski no quiere saber nada de Ibiza. Como suena.
Ahora le espera otro ajuste de cuentas con la justicia americana. Parece un plan diseñado por un metódico maquinador judío bajo la ley del siete por uno. También es cierto que un buen judío te dirá que la casualidad no existe.



Publicado en Diario de Ibiza, 27 de diciembre 2006. /ENLACE/