miércoles, octubre 10, 2007

Ibiza sin museos


Se puede vivir la mar de bien sin haber entrado jamás en la vida en un museo, y eso lo saben muchos ibicencos. Se puede vivir muy bien sin escribir como Quevedo, sin leer a Cervantes ni conocer la obra -aunque sea por encima- de Goya o de Monet.
Dando esto por sentado, también es cierto que un número prudente de museo, en un sitio turístico como las Pitiusas, ha de ser un aliciente para muchos viajeros de entre-temporada que quieren alternar vicios con servicios y el día con la noche.
Pero no podrá ser: nos hemos quedado sin museos.
Estamos en un desierto museístico que hubiera encantado a los pintores futuristas, algunos de los cuales aspiraban a incendiar los museos como depósitos de desechos históricos. Pero los futuristas teorizaban esto a comienzos del siglo XX. Y estamos a comienzos del siglo XXI.
En arte contemporáneo, o lo que sea, el propio museo podría haber cerrado hace años y destinar el dinero -demasiado- a cosas más rentables social o turísticamente. Bueno, pues sin llegar a esto, ahora cerrará, porque entra en obras profundas. Señores: viendo los precedentes, podemos dar por terminado el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza: ya no abrirá más, aunque se irá anunciando la apertura para «el año que viene», como ha hecho el Museo Arqueológico del Puig des Molins. Y todavía no ha abierto.
A los modernitos -ya saben, todo el mundo es una artista, me gusta investigar, etc.- les quedaba la opción de l´Hospitalet, un hermoso espacio rediseñado por Elías Torres. Estaba adscrito al Museo, pero al exponer esta afrenta en la retaguardia del santo que elevó al Opus Dei a prelatura personal en Roma, el Ayuntamiento se ha expulsado a sí mismo. Han ido a topar con la Iglesia. El obispo es duro. Opus Dei, la Obra de Dios.
Así que no queda Museo de Arte Contemporáneo ni queda Hospitalet: a exponer por los bares, que es más animado.
Pero es que el Arqueológico no abre, el de Can Comasema se ha abierto después de veinte años y tiene humedades, los museos navales hacen agua, como el `Don Pedro´, y... estamos sin museos.
Creo que sólo nos queda el museo de los arados y los cestos de mimbre, el único que muchos ya hemos conocido en la infancia en nuestra propia casa.
¿Se puede vivir sin museos? Perfectamente.
Pero en realidad la isla ha sustituido los museos culturales por los museos esculturales, que son las discotecas. Un nuevo tipo de turismo narcotizado quiere otros antros de reunión y de cultura.
Llegará un momento en que no se podrá incendiar los museos, porque no habrá ni uno. No los habrá tumbado la llama del incendio futurista, sino la galvana de siempre. Me gusta la idea: Ibiza sin museos.

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