miércoles, octubre 17, 2007

Ahora la ofensiva va contra Menorca


Hubo un tiempo en que yo pasaba semanas en Menorca. Y volvía. Siempre regresaba. Desde Mallorca esto puede hacerse con relativa facilidad tanto en barco como en avión. Desde Ibiza es impensable, como sabe todo el mundo.
Ibiza y Menorca son dos mundos y han seguido unos comienzos turísticos paralelos, pero con dos evoluciones desarrollistas diferentes. En Menorca también ejercían la hegemonía las fuerzas conservadoras, pero exentas del nefasto caciquismo que han dejado Ibiza en el fondo del barranco y con la obligación de comenzar cada mañana casi desde cero.
Cuando yo iba a Menorca -donde iniciamos los trámites para abrir una editorial con mi malogrado amigo Paco Romero- muchas cosas estaban por hacer. Estaba acabando la terrible década de los Setenta.
En los Setenta yo veía muchas cosas similares entre ambas islas.
Pero pasada la crisis de 1979 y siguientes, Ibiza reaccionó con una furia suicida, con las retroexcavadoras y las grúas desatadas. A los pánfilos alcaldes pitiusos se les caía la baba. Nos arrastraron a todos, porque después este proceso no se ha podido detener.
En Menorca sí supieron.
Así y todo, que nadie se engañe, hay mucho destrozo inexplicable en Menorca. Bien, que sepan que viene de esta época inicial. Viene de aquel entonces en su mayor parte.
Veo ahora en La 2 un amplio reportaje que se titula -como todos- algo así como `Menorca ante el futuro´. Estoy cansado del blog y aprovecho para estirarme en el sofá para verlo.
Como hace unos años que no voy a Menorca y no sé si volveré nunca más, me vuelve a sorprender el discurso de los desarrollistas: es idéntico al de Ibiza. No falla.
La parte central, el eje principal de toda devastación en estas islas mediterráneas nuestras son las carreteras: por estas vías, aquellos camiones. Y a cada par de metros, una intersección para ir a los predios o a alguna playa. Son islas muy parecidas que se dedican a la misma actividad, los problemas son casi calcados. En Menorca ya están discutiendo el tema de los carriles y las vías de servicio. Les espera un año de polémica aburridísima. Que vengan a Ibiza y que miren (aunque ya sé que algunos han venido).
A las autopistas o autovías seguirá un desarrollo «racional» (eso dicen los constructores) de decenas de urbanizaciones. Necesidades de mayores infraestructuras. Nuevos arreglo de las vías. El nunca acabar. Y lo mismo en Ibiza, aunque nosotros ya estamos mucho peor.
Ya han entrado, además, en el tema de los amarres. Pues sí. Ya sabrán lo qué vale un peine. ¿Sabrán mejorar las estructuras y crear infraestructuras funcionales sin necesidad de arrasar la isla como hemos hecho en Ibiza?

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