Y si tardan cuatro años en construir la depuradora quiere decir que al menos hasta 2012 aquí depuraremos con el filtro de la cafetera, porque al menos hay que añadir un año para el hallazgo, selección ubicación, gestión de licencias y proyectos. Ya firmaría uno para el año 2012. O el 2015.
Ibiza necesita -ahora sí que sí- urgentemente una depuradora, pero todo transcurre según nos tiene conformados la experiencia: sin previsión.
Ibiza necesita depuración, y quizás incluso necesite depurar algunas responsabilidades, cosa que tampoco ocurrirá. Aquí no dimite nadie.
Pero la depuradora se hace imprescindible. Más que nada para evitar pasar los veranos inmersos en una nube tóxica artificiosa, generada por los calenturientos lodos venenosos que apenas caben en la estación depuradora y revientan por todas las costuras.
Los pisos más caros del Mediterráneo y se venden impregnados de este olor mefítico que tumba de espaldas a los seres del reino animal y deseca las plantas y las flores de las terrazas.
Pero como no se cabe, aunque se siguen concediendo miles de licencias para construir más apartamentos y viviendas que invariablemente aumentan la cantidad de aguas negras, no se encuentra una ubicación.
Buscan un solar lo bastante cerca de la ciudad y no a una excesiva altura, pero tiene que estar apartado. Esto en Ibiza es tanto como pedir la cuadratura del círculo. En la Ibiza de hoy nada que quede cerca está apartado. Aquí ya no se cabe.
Cómo estará la situación, que se decidió comprar un solar (o un lo que fuera, porque Tarrés fue engañado, según propia confesión) en la cima de una montaña. A 50 pisos de altura. Se tendrían que construir tres estaciones emisoras para subir tanta sustancia. Y todo esto irá reventando, con lo cual conseguiríamos que todos los habitantes pitiusos acabáramos -como dicen en las películas de gánsters- «completamente cubiertos de mierda».
Bueno, no la quieren en sa Coma, en Jesús ni dentro de la ciudad. Porque esa es otra: se podría poner en el Portal Nou, en el parque de la Paz o en la playa d´en Bossa. Pero nadie la quiere.
Se podría poner quizás en algún punto adycente de San Antonio o de Santa Eualalia, pero nadie la quiere. Nadie la quiere. Sólo queremos las ventajas. Nadie quiere instalaciones problemáticas.
Al final se construirá en la cima de la montaña. Preparad buenos toldos y también aislantes para las cristaleras. Ya llevo unos días pensando si no nos saldría más a cuenta construir tres barcazas-depósito y llevarlas a depurar a la Península ibérica.
Mientras tanto, que cada cual guarde en su casa dentro de toneles los frutos de su propia digestión, que no pueden ser tan malos si proceden de los más íntimo de nuestras entrañas. No te digo.
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