sábado, mayo 19, 2007

Servicio integrado de vigilancia ultramoderna

Argelia está muy cerca de Ibiza. Es zona de frecuentes y violentos terremotos. El dispositivo de vigilancia cubrirá la entrada de pateras y barcos de narcotraficantes en la zona.

Procuraré no ser cáustico ni tan siquiera satírico, pues se entiende que en cuestiones de seguridad debemos ser atentos, incluso colaboradores y estudiar con frialdad las medidas que se van tomando (o que no se van tomando).
Por ello, leo con un escepticismo que nace de la experiencia estas noticias que resaltan los magníficos mecanismos de control, los servicios integrados, los generosos medios del Ministerio de Interior para controlar a los narcotraficantes y a las pateras que, presuntamente vendrían procedentes de Marruecos o de Argelia.
Una vez más anoto que estamos en elecciones. Palabrejas atronadoras (una lancha así, la Río Guadalquivir, debe disuadir a cualquiera sólo con saber que estamos en una mejora tecnológica que viene revestida de grandes artefactos ultramodernos). Servicio Integrado de Vigilancia Exterior: lancha, artefactos, aviones... Miren, me parece mucho presumir en un Ministerio donde muchos de los automóviles de la policía ni siquiera arrancan. («No estarán operativos», diría un Rubalcaba ante la prensa).
No está operativa una gran parte de los móviles, automóviles o embarcaciones. Me parece que esta retórica pre-electoral no es necesaria.
Ello no priva de que se reconozca necesaria esta presencia y esta mejora. Tener los medios, mantenerlos y aumentarlos.
Pero esto no se formaliza en la realidad. Ni siquiera hay los suficientes medios para cubrir los servicios imprescindibles. Un simple viaje de un ministro, o el desarrollo de la Copa América (son sólo ejemplos) significa que han de retirar lanchas (ultramodernas, servicios integrados y otras zarandajas) que están operando en servicios complicados para trasladarlos a Valencia o a vigilar a una ministra.
Se habla mucho, sobre todo los socialistas, que parecen adornados con una retórica magnífica, hueca, pero la realidad es bien distinta. Cada vez que conocemos el desarrollo de una operación (por ejemplo, retornar a los subsaharianos a Mauritania) se nos cae la cara de vergüenza por la carencia de medios y de la baja calidad de éstos.
Ello contrasta con la disposición de los agentes, en general. Alguien que se dedique a esto, con la paga y los medios de que dispone, es porque le gusta el trabajo. Muchos de esos agentes se juegan la vida, no sólo por posibles altercados sino por incidencias meteorológicas o de otro tipo.
Y por fin, retórica, porque mediante las pateras llega una mínima parte de inmigrantes. Es mucho más fácil usar el barco, el avión y venir desde la Península o desde París, Lyon o Londres. Como todo el mundo sabe.

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