miércoles, mayo 09, 2007

Infestación de medusas


El año pasado en el mes de abril publiqué en mi blog una insólita y alarmante (alarmaba a quien las fue descubriendo en distintos puntos de las costas de Ibiza) invasión de medusas.
Algunos me llamaron exagerado. Y todos nos reímos mucho. Ignoraban que desde hace veinte años he ido visitando los litorales de algún sitio de Ibiza, diariamente, a veces durante horas.
Y lo constato: yo no había visto tantas medusas nunca, en tantos sitios distintos y simultáneamente. Claro que siempre las ha habido, pero aparecían como embolsadas en una cala, acorraladas por algún viento.
Veo que este año es el director general de Pesca quien levanta la alerta. No sé, no veo el mar desde hace meses.
Pero me temo que con las medusas va a ocurrir lo mismo que con los incendios: a fuerza de toparse con ellos cuando ya no tienen arreglo (al menos con la diligencia necesaria), al final no queda otra remedio que volverse previsor, anticiparse y visualizar una solución aunque sea virtual en la pantalla del ordenador.
Ahora hay menos incendios que nunca, aunque este verano puede ser muy duro, y habrá que hacer horas extra, avisar y pedir avisos, porque la maleza y el bosque bajo pueden causar verdaderos estragos. Será un mal verano para los incendios.
El director de Pesca sólo ha contado tres mil afectados de picadura de medusas en el 2006. Muchos más habrá habido, pero los ibicencos nunca nos hemos tratado, quizás para evitar que nos contabilicen, que cuando te apuntan es para llevarte a la mili.
El hecho que debemos asumir todos es que hemos cambiado las condiciones del mar de tal forma que hemos alterado su mecánica. Esto es grave, pero ya lo sabíamos: las medusas son un excelente manjar, pero nosotros nos hemos comido a quien se las comía y ahora las medusas nos comen a nosotros.
El sistema de ir erradicándolas mediante una red de arrastre (que no es tal, porque es una red de superficie) con una barca de poco calado parece sensato. Pero el gasto que supone, el trabajo que supone no asegura gran cosa. No lo sé.
Cuando una compacta oleada de medusas decide aparecer, puede hacerlo en dos horas, en función de las corrientes, puesto que no sólo se traslada de un lado a otro sino que emerge desde los fondos con una velocidad asombrosa.
La mejor manera de acabar con las medusas sería adoctrinar seriamente a los mismos pescadores y preservar la salud de las tortugas, delfines y atunes. Pero... si llegamos, siempre lo hacemos tarde.

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