La hermosa zona de ses Figueretes y es Viver, con su prolongación en la playa d´en Bossa forma la playa más larga y una de las más hermosas de la isla, una isla sin playas, no lo olvidemos.
Además es uno de los pulmones de la ciudad y una parte importante -por sus extensiones de posidonia- en el conjunto que forma el Patrimonio de la Humanidad.
La finalización de las grandes autopistas y cinturones de ronda va a suponer el final de estas playas, al quedar bruscamente interrumpidas las aportaciones de arena y de materiales que antes llegaban en épocas de lluvias.
La aportación artificial de arena sólo empeorará las actuales condiciones y seguirá exterminando las grandes praderas de posidonia, por simple asfixia o por aplastamiento.
La playa d´en Bossa será como una gran bolsa contaminada, insana, sin salud y con una gran actividad mecánica: embarcaciones, trasiego y una densidad abrumadora de población. Hoy ya tiene una densidad poblacional muy remarcable.
El puerto deportivo, al margen del daño ocasionado a las posidonias, también alterará la circulación de las corrientes y por la tanto la salud y la calidad de las aguas de baño. Eso ya se sabe.
Se sabe además que los vecinos no quieren más obras ni más instalaciones. Con lo que hoy tiene la zona, la densidad ya es agobiante. Pues... multipliquen por diez, como mínimo.
Otra aberración será el relleno -que denuncia repetidamente el grupo ecologista GEN y al que se oponen las asociaciones de vecinos- urbanístico. No son sólo las instalaciones construidas en el mar. Son las significativas obras que deberán efectuarse en tierra firme.
Oponerse a estos grupos de presión es muy complicado, porque nunca se rinden. Viven de esto, de consumir paisaje, de edificar, de construir, y una vez conseguido el proyecto, ya cavilan embestir hacia otra parte. En Ibiza se pedirán doce para conseguir seis (que son los puertos que inicialmente querían conseguir).
Nadie puede oponerse. Aunque el Ministerio de Medio Ambiente denegó los permisos, ya se ha conseguido en cambio el visto bueno de la conselleria Medio Ambiente del Govern Balear. Si gana el Partido Popular en el Ayuntamiento, la licencia está más que asegurada (y si gana el PSOE quizás también, no lo sé, aunque de momento ha dicho que de ninguna manera).
¿Qué puede hacer el ciudadano pacífico para preservar sus derechos? Nada. Sólo votar y rezar. Las elecciones son el único momento y la última oportunidad de neutralizar (al menos durante cuatro años) los desmanes de estos ibicencos que dicen haber llegado muy lejos. Cierto, demasiado lejos.
Volver al blog principal