Estos informes que va facilitando Gadeso, basados en encuestas muy concretas no dejan de sorprenderme. O no. Todo lo contrario.
Resulta que Ibiza es de todas las Baleares la que más apoya el actual turismo y la que menos inquietudes siente ante la alarmante avalancha de construcciones y el abusivo consumo de territorio.
Lo primero que pensé, la verdad, es que no se había entendido la pregunta o que estaba redactada de forma confusa. Pero no, a los ibicencos les va la marcha. Han venido en su mayor parte de la Península donde el territorio aburre hasta a las ovejas, pero al mismo tiempo hay pocas opciones para hacerse con un buen sueldo.
¿Qué más les da Ibiza? Quieren grúas, coches, comprarse un piso, huir hacia delante. Y a gran parte de los ibicencos les pasa lo mismo. ¿El futuro de Ibiza? Ja, eso jamás llega.
Este turismo les gusta, quieren más, hay que hacer más promoción. Esto lo oigo yo desde pequeño.
Son pocos los que vinculan una consistencia y perdurabilidad del turismo con la integridad y una defensa del paisaje y del territorio.
Estos datos contrastan con los obtenidos en Menorca, Formentera y Mallorca, lo cual demuestra que los ibicencos son marcianos, suicidas o inconscientes. A los isleños les da igual, y a los residentes, deben pensar que una vez agotada la mina, venderán su piso por una cantidad astronómica y se irán a otro lugar a desmocharlo y a hundirlo.
Todo menos tontos. Cualquier ibicenco lleva en la memoria una partida de cartas complicadísima y sabe de memoria una lista de más de mil jugadores de fútbol de Primera División.
Algo tengo por deciros: Todas las cifras que ofrece el PP sobre la bonanza y el futuro son más bien irreales. En Ibiza apenas se crece un 2%, mientras en todas las Baleares se crece un 3,1% (por un 3,8% en toda España). Incluso estos datos son falsos, pues hay más habitantes de los que se contabilizan. Así que lo que necesita Ibiza es más amor y menos grúas.
Publicado en Diario de Ibiza, 14 de enero de 2007