miércoles, julio 30, 2008

Turismo rural en Ibiza


Cuando se inició el fenómeno del turismo rural en Ibiza, hace unos años, fui reticente ante la posibilidad de que cualquier casa payesa quedara englobada (y por lo tanto desvirtuada, o sea destruida de hecho) en unas instalaciones hoteleras.
Por pequeñas fueren, sería muy triste que la isla se convirtiera en una gran malla salpicada de hotelitos. Pero comprendo que, si el Consell Insular y los ayuntamientos saben filtrar y dosificar este tipo de establecimientos, a la larga pueden significar una redención posible para nuestro turismo.
No con el turismo de Todo Incluido, Discotecas, Drogas en la Noche y en el Día.
Pero como estoy cansado de escribir sobre esto, paso de seguir insistiendo. Sólo una frase: el turismo de discoteca excluye casi todos los demás; el turismo de discoteca no es la solución, es el problema; que de ahí no se deduzca que yo estoy en contra de las discotecas por principio, porque no estoy diciendo esto.
En la ciudad (Vila) sólo paso unas horas, pero puedo disfrutar de unos días en el campo. Esto es un trabajo agradable. El campo es el último reducto del fenicio. Paradójicamente, hemos convertido el campo en el gueto donde esconderse, donde desaparecer.
El ibicenco Toni Escandell me cuenta que en la zona de es Amunts (norte de la isla) ya son diez hoteles rurales. En toda la isla hay unos 35. Lo que no puede contarme, pero lo veo yo y veo algunas fotos al alcance de quien quiera verlas es que muchos personajes famosísimos han descansado en esta casa payesa. Quizás precisamente porque no hay fotógrafos. Sólo lagartijas.
De hecho, tengo el gusto de explicarle unos pocos secretos de Ibiza a un personaje relevante que sabe que yo no estoy ejerciendo de reportero; a cambio, él tiene la gentileza de no pedirme autógrafos.
Bromas aparte, algunos hoteles rurales aceptan fotógrafos y ruido de la Ibiza festiva. Celebran bodas, etc. Los famosos prosiguen la fiesta en el hotel. Este estilo lo puso de moda mi amigo Lucio (Pike´s), aunque también es un maestro de la discreción y del saber hacer.
Todo es válido: si un hotel rural ofrece más contactos, allá ellos. Pero otros quedan remontando el monte (¿dicho así se entiende mejor?).
En es Amunts hay un bosque tupido, verde, todavía son el polvo abrasador.
Los 10 establecimientos del Norte han formado una asociación. Parece que el alcalde Carraca les respeta. Quieren un compromiso con la naturaleza, un turismo sostenible. Me imagino que Carraca les teme un poco. No debiera: si Ibiza tiene futuro, está en la calidad. El resto, salvo excepciones, es morralla, ruina, ruido.


A MD >>

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