sábado, julio 05, 2008

Un pájaro vencedor


He encontrado un artículo de El País que se titula «animales en vías de expansión». Es chocante en un país donde todos los animales parecen haber entrado en las vías de la extinción.
Un día les hablaré de este artículo, porque me ha hecho gracia cuando habla de nuestras gaviotas. No sé sin son las laridae argentatus o las comunes, porque lo primero que hay que aprender de las gaviotas es que son muy malas, muy guarras y muy agresivas. Siempre salen vencedoras de los encuentros con otros competidores. Y hay una cuarentena de gaviotas distintas.
La verdad, nunca había pensado en esto. Ha sido a raíz del anuncio de cierre del vertedero de Son Reus de Mallorca, que puede desviar a miles de ejemplares de gaviotas que hoy se alimentan allá hacia el vertedero o vertederos de Ibiza. Y de Valencia, sur de Francia, Alicante... Dicen que hay unas treinta mil gaviotas censadas como clientes fijos de este gran basurero, que ahora será sustituido por uno mucho menor y con un funcionamiento más acorde con las directrices europeas.
Los políticos ibicencos nos quieren hacer regresar a todos a la Feria Medieval: regreso a las plagas, mucha siesta y ventajas funcionariales en función de gremios, burgos y estamentos. Ya deben comprender que estoy muy poco orgulloso de los políticos ibicencos en general. Tanto como de estas gaviotas que ya nos han invadido.
Esperemos que Palau, con su habitual agudeza y escala de valores para la defensa de Ibiza, no les construya nichos, jaulas y apartamentitos. La gaviota es el icono representativo del Partido Popular. Pero no lo emplearé en su contra, porque sería un golpe demasiado bajo y fácil.
La gaviota es agresiva como una rata y se ha dicho de ella que era una excelente carroñera. Desde luego más guarra que estos palomos que habitan en las ciudades y que van cargados de parásitos y de enfermedades.
Yo estoy impresionado. Acostumbrado a verlas fotografiadas en los folletos que venden seguros de vida, o en las pinturas mediocres repetidas mil veces de algunos paisajistas ibicencos (y no ibicencos) hasta llegué a pensar que son pájaros simpáticos, domesticables, higiénicos.
Nada más lejos: chillan como una jaula de gatos encerrados con Lluís Llach, son gritonas y destempladas. Son muy glotonas. Afortunadamente, al disponer de amplios vertederos han sustituido su régimen de peces y cangrejos por los detritus y los restos de basura. Todo aquel pez que no hayan pescado, allá queda en el mar. Y además son potencialmente peligrosas por las enfermedades transmitibles.
El problema es nuestro porque Mallorca nos lo ha exportado. En vez de solucionar los problemas, nos los mandan para acá.

A Mariano Digital



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