miércoles, julio 16, 2008

¿Hay crisis? Vamos a destruir el doble


Parece que la crisis ha venido para quedarse, a pesar de los hermosos ojos y el vozarrón impostado del presidente Rodríguez Zapatero.
Hará falta algo más que atractivo y sugestión personal para salir de ésta. Suárez, de un gran atractivo en las distancias cortas y con una retórica eficaz, supo salir, pero encomendándose a gente especializada. ZP no necesita nada de esto, porque según él hasta hace dos días no había crisis.
En Ibiza se recuerda la desbandada de 1989 hasta 1996, incluso los años durísimos de 1973-1976, pero todos los indicadores nos reafirman en diagnosticar una temporada larga, dolorosa y de ajustes muy profundos.
Y aquí me asalta un temor difuso: no podemos usar la situación de crisis para seguir creciendo caóticamente, aunque sea en las tan socorridas como inútiles obras públicas.
Asociaciones de empresas, periodistas, empresarios, políticos keynesianos y socialistas reciclados reclaman insistentemente obras públicas. Deprisa, deprisa, como quien necesita una dosis de heroína o de otra droga dura.
Pues no. Ojo. Esto es lo que hizo el PP con las autopistas y sólo ha servido para hundir más la isla.
En primer lugar el Consell Insular no puede disponer de fondos `deprisa, deprisa´ para obras de envergadura que conllevan plazos prolongados y trámites farragosos. Y en segundo lugar, invertir en obras públicas puede ser una locura irreparable si no se dirigen los objetivos en consonancia y conjuntamente con la iniciativa privada.
Ahora bien, yo estoy de acuerdo en que se agilicen todas aquellas obras públicas e inversiones pendientes desde hace mucho tiempo, haya crisis o no haya crisis. En este apartado la lista es muy larga, desde edificios, estaciones, rutas, carreteras, aceras, mobiliario urbano, instalaciones, hospitales, etc.
Afortunadamente hay tantas obras pendientes -al margen de una coyuntura que se augura espantosa y llena de descalabros- que Ibiza podría absorber a unos miles de estos trabajadores que han llegado a la isla en los últimos quince años. A todos no, desde luego.
Leo que Ibiza es, a pesar de todo, la isla que más crece de las Baleares. Iré con mucho cuidado con la estadística, porque se refiere al primer semestre. Para el segundo, se augura recesión, es decir crecimiento menor a cero durante un semestre seguido. A esto se suma una inflación insoportable, aumento de la presión fiscal y una auténtica cascada de parados.
El turismo iba a ser el salvador de nuestro Producto Interior Bruto, pero el turismo (tal y como nos temíamos ya en enero) está cayendo en picado. Menos consumo, más paro y más inflación. Las obras públicas planificadas con prudencia pueden ayudar a paliar una situación que por navidades será muy triste.

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