domingo, junio 08, 2008

¿Y si caen el turismo y el ladrillo a la vez?


Podemos darle cuantas vueltas queramos, pero ya hemos entrado en la crisis del ladrillo. Si sólo fuera en Ibiza, no hay problema. Pero es que nos acompaña España y otros países occidentales.

Pero en Ibiza manteníamos una dinámica peligrosa (porque ha terminado con la isla) de conjunción y complementación entre el ladrillo y el turismo.

Cuando el turismo cerraba las puertas de las discotecas, el ladrillo tomaba el relevo y durante siete meses las grúas se apoderaban de los cielos.

Un proceso de destrucción muy eficaz, al que había que sumar la inyección de obras públicas.

Estas obras han finiquitado la isla: la han dejado exhausta y costará mucho convencer a los compradores selectos de que esta isla sin agua y sin costa sigue siendo un paraíso que cotiza al alza.

La venganza de la isla no se ha hecho esperar: La construcción ha terminado con la isla, ahora la isla acabará con la construcción, al menos durante varios años.

Por una parte se ha recortado el crédito y se piden menos licencias (dicen que los aparejadores pitiusos han visado un diez por ciento menos), pero por otra, sobran muchos edificios. Hay una sobreoferta.

La única solución que se nos ocurre es la bajada de precios, pero bajadas sustanciales que, ni aun así, conseguirán absorber toda la oferta.

En estos momentos incluso la prensa internacional, la inglesa y la americana, se está cebando con nosotros. El Financial Times explica España como un nido de piratas en un suelo reseco y cubierto por el cemento.

The Wall Street Journal explica que en España no existe una demanda suficiente para comprar los cientos de miles de pisos (¿hablamos de un millón de viviendas?) que se están poniendo a la venta.

Por desgracia, el escenario ya ha sido descrito antes de su llegada: tipos de interés muy altos, créditos casi imposibles y una inflación galopante. Mal rollo, mal ambiente y eso no es bueno para el turismo: si fallan ladrillo y turismo a la vez…mejor me callo.


A Mariano Digital