Ahora sí que podemos afirmar que se ha cumplido la suposición que nos hacíamos en navidades: los españoles tendremos problemas dinerarios.
En fin, problemas ni uno, pero dinero, menos. Lo que me deja perplejo es que se respira un aire de sorpresa, como de asombro.
No me lo explico en un país donde se publican una docena de diarios color salmón (economía) y donde las cinco primeras y más importantes emisoras de radio generalistas ofrecen un amplio abanico de informaciones sobre economía.
Al principio de la primera victoria de ZP, hace casi cinco años, los expertos se alarmaron ante las medidas de generoso reparto de dinero y de gasto público de los socialistas ibéricos. El buen momento económico hizo que no hubiera déficit y que tuviéramos incluso superávit. Pero lo que no ha dejado de crecer es el déficit comercial porque importamos cada vez más de lo que exportamos
Ahora no sólo tenemos un Estado que vuelve a las dificultades (Solbes ya lo dejó arruinado en 1995 y 96) sino que los ciudadanos y las familias de España deben sumas astronómicas de dinero. No se conocen precedentes.
Bueno, todo esto se sabía y las cifras empeoraban anual e inexorablemente.
De repente, el muro, el petróleo a 135 dólares el barril, los impuestos que siguen escalando y los precios que se han disparado. Aumenta el Euribor, precisamente cuando cientos de miles de españoles pierden su empleo y siguen lloviendo miles de emigrantes sin cualificación profesional, muchos miles de gitanos rumanos que provienen expulsados de Francia y de Italia.
Y ZP parece sonreír. Solbes aprecia algún problemilla. Miguel Sebastián sigue maquinando en el sombra.
Pero los españoles de a pie se han dado cuenta y están asombrados. Pensaban que ZP les protegería, que el Estado puede repartir dinero a espuertas y que el PP es muy antipático. Ya tenemos ZP cuatro años más, que se harán muy largos.
No recuerdo en toda mi vida un español tan escapista e irresponsable ni una España tan enloquecida. Pudiera parecer un sentimiento pesimista por subjetivo, pero cuando miras las cifras en cualquier periódico especializado, quedas petrificado.
Y aquí llegamos a lo que escribíamos en diciembre y en enero: los alemanes se están recuperando, pero están muy escarmentados porque vienen arrastrando la crisis desde 1990. Los ingleses son muy marchosos, aman la fiesta, pero se han dado cuenta de que el euro está altísimo. Miles de ingleses irán a zonas fuera del euro.
Nos quedaban los españoles, que han sido nuestro primer proveedor de turistas en los últimos tres años.
Pues bien, los españoles están arruinados y muchos ya han cancelado el veraneo. Ibiza puede sufrir una merma importante de turistas.
a Mariano Digital
-
