Lo sé de buena tinta, titular es de lo más difícil: a veces tienes menos de diez palabras para sintetizar un tema que te ha llevado un seguimiento de dos días, otro más para la documentación y uno para comprobarlo, redactarlo y pulirlo. Pero ninguna empresa puede tener a un empleado cinco días para un tema, al menos no una como el Diario de Ibiza (otro cosa es El País o El Mundo, pero también les aprietan).
Y tendrás sólo ocho palabras para resumirlo todo de forma veraz, agradable y sintética. Ni el cubismo sintético de Juan Gris o Georges Braque podrían conseguir tal gesta.
Y esto lo sabemos todos, pese a lo cual leemos confiadamente los titulares y los subtítulos y muchas veces nada más. Honradamente, no es suficiente para comprender una noticia o un tema.
Todos caemos en esta imprudencia y por eso cuando leí que “cinco países coparon el 95,4 del tráfico aéreo en 2007” (DI, 28-I-08) lo puse en cuarentena. Ni siquiera es tanto ni es así.
En Ibiza vivimos de dos países extranjeros, que son Gran Bretaña y Alemania. El primero de ellos (hablamos de tráfico aeroportuario, no de número total de visitantes, que se obtendría dividiendo por dos) un millón 300 mil aproximadamente. Alemania no llega a los 600 mil. O sea, de hecho, quien nos envía el grueso del turismo extranjero son los británicos. Un país tan sólo.
¿De dónde procede el gran contingente de clientes que consumen en Ibiza? Pues… no procede, son españoles, ya están aquí, tránsito interior o vuelos domésticos. No es que quiera quitar importancia a nadie, pero haríamos bien en atinar mucho las generalizaciones, porque los españoles y los ingleses vendrán en 2008, pero con menos fluidez. Precisamente estamos en crisis ambos y vamos con una tendencia a empeorar.
De los cinco países del titular pasamos al cuarto, Italia, medio millón. A Formentera.
El quinto país emisor es Francia, con un raquítico y ridículo 77.275 turistas. Si comparamos con los más de dos millones de turistas españoles, nos encontramos que de verdad, “los cinco países que han copado” no existen. Pero algo debemos poner en el titular.