miércoles, mayo 28, 2008

El turista derrocha el agua


En Ibiza y Formentera tenemos bastante radiografiados a nuestros turistas. Y hay que aceptar que sabemos manejarlos bien, para que vuelvan a su casa sin un euro y sin peligros ni lesiones graves.
Sin embargo hay un elemento aquí que me gustaría recordar. Cada par de años lo hago, porque yo voy siguiendo los estudios (bueno, las conclusiones que se publican en la prensa) sobre el consumo del agua.
Desde que en Ibiza nos quedamos sin agua, ya en los comienzos de los años 80, el tema no ha dejado de empeorar, aunque hemos resuelto de una forma eternamente provisional nuestra circunstancia mediante el abuso de las desaladoras o desalinizadoras.
Ahora mismo manejo dos estudios y lo digo porque sobre este tema hay mucha disparidad. Cualquier constante que se deje de lado ya cambia totalmente las estadísticas.
En uno se nos dice que los españoles somos los europeos que más agua potable gastamos. Yo no me lo creo, como no sea que en esta estadística no sólo se ha contado a los consumidores fijos, sino también a los flotantes, con lo cual pasaríamos de contabilizar unos 45 millones a contabilizar unos 95, pues unos cincuenta millones largos de turistas visitan cada año nuestro país.
En realidad, los propios estudios de la Unión Europea, acaban por explicarlo: quien gasta mucha agua en toda Europa son los turistas. Los turistas son temibles y hay muchos millones que anualmente cambian su residencia fija para irse a despilfarrar en la ribera mediterránea.
O sea, el español es el mayor consumidor de agua potable (y eso lo añado yo) si también sumamos los 54 millones de turistas anuales.
Si analizamos el consumo de los españoles, vemos que es exactamente la mitad de lo que gastan los turistas. El turismo gasta agua por un tubo, un tubo de gran diámetro que ha de suministrar el líquido elemento a los spas, a los campos de golf, a las piscinas, parques, etc.
El turismo -dice la UE- es muy gastador, porque no cae en la cuenta de que en España nos estamos quedando sin agua.
De toda Europa, España, Italia y Francia somos los países más pobres en caudales, con unos recursos inferiores a los 200 metros cúbicos de capacidad anual. Sólo son más áridas que nosotros las islas de Chipre y Malta, con menos de 100.
El español no derrocha agua, incluso estamos investigando en cultivos con riego controlado. No sólo eso, sino que las campañas de los medios nos han puesto ante los ojos una realidad de carestía alarmante. Y además subirá el precio. Los turistas son inconscientes también en esto.

A Mariano Digital... >>

.