Es bueno que una población crezca, que el crecimiento vegetativo sea positivo, que los nacimientos superen un poco a las defunciones y que la sociedad mantenga su carga de población y aun la supere. Pero en cifras lógicas dentro de un crecimiento vegetativo. Justo todo lo contrario de Ibiza.
En Ibiza no es un sano y razonable crecimiento vegetativo: es un desbocado crecimiento salvaje. Durante el mes de enero, nuestro Diario ha ido ofreciendo estos resúmenes estadísticos donde se nos confirma lo que ya sabíamos, no por cifras absolutas, sino por la culminación de una tendencia.
Ibiza crece mucho, salvajemente y desde hace mucho tiempo. Lo cual quiere decir que los políticos-empresarios podrían haber previsto esta situación. Bueno, y la han previsto, pero para hacer negocios muy sabrosos para el sector privado, aunque a largo plazo serán ruinosos para la sociedad y la isla en su conjunto.
Que seamos 120.000 habitantes no es alarmante en sí mismo. Podríamos ser el doble. Lo inexplicable es que Ibiza sea la que más crece -desde hace tiempo, repito- en población, de todas las Baleares, que a la vez está entre las comarcas de mayor crecimiento en toda España. Lo alarmante es que este crecimiento es inducido artificialmente, a costa de unos recursos ya escasos y deficientes. A costa de la calidad de vida de Ibiza, de los ibicencos.
Los datos son espeluznantes (consulten los días 2, 3, 21 y 29 de enero). Por ejemplo, «las Pitiusas han aumentado un 45% su población desde 1996, el mayor crecimiento de Baleares», resume un titular.
Pero algo se nos aclara cuando vemos que «la inmigración representa el 87% del incremento de la población en la última década». ¿Y por qué los inmigrantes no han ido tanto a Mallorca o a Menorca, si allá viven y trabajan de lo mismo? Han venido a Ibiza, se les ha inducido, se les ha contratado para construir pisos para quien venga a construir pisos... y así sigue eternamente la cadena de la destrucción total, definitiva e irreversible de Ibiza.
De acuerdo, pero el crecimiento ¿no se debe también a que la gente de Ibiza goza de un buen nivel de vida y tiene más hijos? Pues no, porque el 31% de los nacidos en Ibiza y Formentera son hijos de madre extranjera. Una de cada tres madres es extranjera.
Construir apartamentos, pisos, adosados, puertos, canales, túneles, autopistas, asfaltar los caminitos de tierra, levantar grandes centros puede obedecer a una necesidad social, pero no a este ritmo ni a este nivel. Es una pura maniobra suicida de especulación. Tácticas partidistas políticas para ganar mucho dinero y de paso elevar artificialmente el Producto Interior Bruto de la isla, que está sumido en una desastrosa crisis estructural desde hace años.
Y finalmente, en estos magníficos trabajos de recopilación del Diario, leo un pie de foto que dice: «El aumento de la población origina consecuentemente el crecimiento de la construcción». Esto, siendo verídico, no elimina la posibilidad contraria, que es la que yo mantengo en este artículo: precisamente es la oferta de un puesto de trabajo (Ibiza ya lleva años rondando a las cuadrillas de trabajadores castellonenses, extremeñas, etc. para traérselas a Ibiza) lo cual actúa de efecto llamada hacia Ibiza. Hay trabajadores porque hay constructores y hay construcciones porque les sale a cuenta. No por necesidad social ni económica.
¿Hay trabajo en Ibiza? Pues vamos todos a Ibiza. Una vez aquí, caen en el explicable espejismo de creer que toda Ibiza es monte y el monte todo es orégano. Y adquieren un piso (bueno, adquieren una deuda)... Y sigue rodando la gran bola de nieve.
Este crecimiento alocado de Ibiza seguirá mientras los políticos no digan basta ya, se acabó este ritmo de construcción. En Ibiza sobran inmuebles vacíos. Pero nadie dirá esto, y nosotros haríamos muy bien en no burlarnos de alguno de estos acomplejados que dicen con afán senil que han llegado muy lejos. Porque tiene razón. Porque todos hemos llegado ya demasiado lejos, y creo que no hay marcha atrás.
No hablaré de política. Pero si os gusta este modelo de sociedad, de crecimiento -que seguirá- es bueno recordar que es un modelo del Partido Popular y sus empresarios (algunos de los cuales todavía van de mesías salvadores de la isla). Agradecédselo con vuestro voto.
Pero si el modelo PP os parece ruinoso y desastroso para la isla, ahora es el momento de poner el voto en la urna y dárselo a otra opción... aun sabiendo que en Ibiza ya no caben más milagros. Yo no los espero.
Publicado en Diario de Ibiza (Opinión), 17 de febrero, 2007
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