Hace más de un mes leí las declaraciones de Antich dando por sentado que la crisis de
Como ya le conocemos y sabemos que prefiere que se afeiten los demás, en aquel momento ya lo dejé escrito: como que el innegable parón del consumo afecta al turismo español, Ibiza sufrirá las consecuencias.
Varias semanas más tarde, con los números ajustados, con la experiencia del gremio, los hoteleros lo confirman. “Hortensius asegura que el incremento del IPC y el aumento del precio de las hipotecas se va a notar en el consumo de los españoles, que prescindirán de sus vacaciones, si no cuentan con liquidez”.
Exacto. No contarán con liquidez, porque no la hay y los bancos –al menos los españoles- ahora no prestan un centavo ni a su padre. Todo esto los socialistas pretenden ignorarlo, limarlo, suavizarlo, porque el día 9 de marzo hay elecciones y ellos son en gran parte culpables de muchos de los males que ahora comienzan a aflorar.
De todas formas hay que distinguir entre ocupación hotelera (y está sufrirá algo la crisis de los turistas españoles que en estos momentos son los más importantes en número) y visitantes a la isla.
Cada verano la isla se ve invadida por una febril avalancha de morralla que no tiene oficio ni beneficio, viene a ver, a trabajar de lo que sea, a emborracharse en la ruta del bacalao (Ibiza ha sustituido a Valencia)
y a la que no le importa dormir en la playa, en un banco del paseo o simplemente, ir aguantando sin dormir. Y esto son miles.
No olvidemos las golondrinas inglesas que alquilan un apartamento y los subarrienda a una docena de compatriotas. Ingleses, españoles, italianos… aquí no hay reglas.