miércoles, febrero 06, 2008

Los fondos marinos están muy deteriorados


Consultando diversos artículos aparecidos en prensa de Castellón, Tarragona, Valencia, Mallorca e Ibiza me encuentro con una conclusión muy deprimente: las aguas de Baleares están realmente mal. No puede ser.
Pues... sí, puede ser.
El tema es inabarcable si no conseguimos ceñir nuestro razonamiento. Así que vamos a dejar aparte los daños de los vertidos químicos, la falta de afluencia de agua de lluvia, los accidentes de los petroleros, etc.
Aun reduciendo nuestra mirada, siguen existiendo graves factores que alteran la calidad de nuestros fondos. Para empezar, un problema que ya no conseguimos atajar: la invasión abrumadora de especies intrusas, procedentes de lejanos ambientes ecológicos.
Siempre apuntamos al cambio climático, pero aun sin descartarlo, lo que ha cambiado durante los últimos cien años (o reduzcamos más, los últimos 60 años, por ejemplo) es la cantidad del tráfico marítimo. El trasiego es descomunal. El mar de en medio de las tierras, medi-terraneum, está demasiado bien ubicado, con lo cual ha conseguido ser una ruta de transportes saturadísima, con los peligros que todos conocemos.
La llegada de nuevas especies muy agresivas de plantas, gusanos, parásitos, algas, mariscos y peces de todo tipo no es para festejarlo. Están alterando el equilibrio ecológico y ocupando espacios que antes estaban disponibles para las especies endémicas y locales.
En Ibiza ya tenemos este problema definido, delimitado y hemos hablado de los fondos de es Vedrà y de otras zonas.
Muchas de estas especies han entrado por Gibraltar y otras por el Mar Rojo, pero esto no explica la extraña infestación de nuevas especies tropicales. La explicación es que en gran parte han sido hospedadas por barcos, cargueros, yates y grandes embarcaciones de todo tipo que usan el Mediterráneo cuando vienen del Caribe o Suramérica, pero también cuando vienen de China, Indonesia, India, etc.
Además, existen prácticas ya denunciadas como el uso de pescado morralla capturado en el Atlántico y que se usa para alimentar a los peces de las piscifactorías.
La lista de motivos para esta mezcla de exóticas especies, con sus nuevas enfermedades por cierto, es más larga a buen seguro. Pero basta para hacernos una idea de que la globalización la estamos pagando en Ibiza desde hace 60 años.
Otro factor del deterioro de los fondos baleáricos es puramente mecánico: la pesca de arrastre, la barra italiana y otras técnicas. Y el ruido, un ruido espantoso y omnipresente que está exterminando a nuestros cetáceos.