Comencé a escribir en prensa en 1972. Aquí incluyo artículos o textos breves publicados en prensa desde diciembre de 2006.
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miércoles, febrero 20, 2008
El símbolo de la paz y una gamberrada mía
No sabíamos muy bien lo que significaba, pero este signo que parece una huella de gaviota sobre la arena, clamaba por la paz y el desarme nuclear. La primera vez que oí hablar de la paz fue en el colegio de San Antonio, donde se recordaba que había que votar que sí a algo, agradeciendo los 25 años de paz de Franco. Eso debía ser en 1964.
Pues bien, cuando eso ocurrió, este símbolo (un círculo que acoge a esta huella de pájaro) ya llevaba seis años diseñado. Nadie lo sabía, porque cuando Gerald Holtom lo dio a conocer en 1958 apenas se prestó atención.
Después me he enterado de que la Guerra Fría despertaba recelos, angustia (un miedo atemperado, de fondo pero permanente).
En Ibiza ¿pensaba alguien en eso? Pensaban más en la guerra civil (1936-1939) que dejó la isla ensangrentada y traumatizada que en las vicisitudes terribles que se avecinaban, entre ellas la crisis de los misiles en Cuba a primeros de los 60.
Jamás habíamos estado tan cerca de una lluvia de bombas atómicas en todo el Planeta y a Ibiza también nos hubiera tocado nuestra ración.
Para evitar esto, Holtom diseñó este símbolo de la paz, The Band of the Bomb en inglés, a veces resumida en una uve hecha con los dedos índice y corazón. Todos hemos visto a John Lennon haciendo este gesto.
El símbolo de la paz estaba más muerto que vivo hasta que los hippies de todo el Planeta lo adoptaron como cuña gráfica contra el belicismo del presidente Johnson... y de los otros.
En 1968 triunfó el símbolo de la paz, que se hizo mucho más conocido que la paloma con la ramita de olivo. Diez años después de su lanzamiento. Hoy sería imposible, pues cuando algún artefacto mediático no triunfa, va directamente a la papelera.
Los muros de París, Praga, Chicago, Budapest, Amsterdam, Roma, Nueva York... reprodujeron miles de veces el símbolo de la paz.
Tan famoso era que acabó en una camiseta mía, muy bonita, de color melocotón. Entonces yo, inconsciente, la llevé puesta varias veces en mis primeros días de instituto en Ibiza. El problema es que llevaba el pelo muy largo y, además, el símbolo de la paz venía acompañado de una inscripción que decía: `Make Love, Not War´.
No tardó el jefe de estudios en avisarme de que dejara la camiseta en casa, por disciplina. Era un buen hombre, zamorano, desconcertado. Lo puse en un brete porque yo -seguramente porque no tenía otra ropa limpia que ponerme- seguí vistiendo mi camiseta pidiendo paz y amor, en tiempos más complicados y cuando Zapatero todavía no había nacido o era un crío, como Mariano Rajoy, que hacía el gamberro en el camping de San Antonio.
Véase también El símbolo de la paz cumple 50 años
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