sábado, marzo 17, 2007

Hay agua, hay río


Papá, ¿cuándo se sabe que una corriente de agua es río o es torrente? La respuesta es fácil. Sólo hay que esperar dos o tres días después de las lluvias: si el agua baja más o menos clara, es río. Si el agua baja tumultuosa, sangrienta y cargada de barros y de troncos... es un torrente. Mal rollo los torrentes.
No confundirse: en plena tormenta todas las aguas bajan virulentas, arrastrando a su paso cualquier obstáculo.
En Ibiza lo sabíamos.
De niño mi madre me lo enseñó: nunca entres en las aguas cuando estén marrones. Delante de mi casa hay (o había, a saber hoy) torrentes. En Ibiza había torrentes en todas partes. Eso no se come, no mastiques vinagrillo, no aprietes las ortigas, no entres en las aguas turbias... no, no... Si quieres sobrevivir, has de hacer como los cabritos o como los leoncitos: hacer lo que te enseñan y no fallar.
Ahora otra vez ha corrido el río. No es el fin del mundo: es que ha llovido lo suficiente y los acuíferos de los cabezales se han recargado. La vida toma partido y vence a esos bestias de las grúas, del asfalto (el asfalto, por cierto, impide la filtración de las aguas y cambia el curso de las corrientes superficiales. Mal rollo, tú).
Si supiéramos expulsar de la isla a todos estos especuladores que sólo vienen a su interés (y dan mucho trabajo a los magrebíes y a los peninsulares que no lo saben crear en su región), quizás algunos ibicencos supervivientes recuperarían el sentido. El sentido común, el sentido de orientación, el sentido del horario, la paz para poder dormir, el sentido de la vida, en fin, recuperarían un poco las riendas de la vida.
Puede conseguirse: si lo consigue un río reseco al que alguien del PP hace unos años quería recuperar echándole el agua de los purines y de la mierda, si lo consigue un río muerto hace cuarenta años, ¿cómo no lo va a conseguir una sociedad viva, unida que vota no a todos los putos especuladores que vienen a forrarse a costa de nuestra salud?
El río lleva agua, el agua es sana o algo tendrá cuando la bendicen. Cada hombre un voto.
¿Quieres que tu alma vuelva a llevar agua risueña, un poco de hilillo de vida? Vota. ¿Quieres más camiones, grúas, asfalto y puertos contaminativos? Vota también. Tú tienes el agua de tu vida en tus manos: vota.
Que caiga un buen chaparrón de votos, y eso sí, ojo con los catalanistas, que esos lo saben todo y están buscando poltrona como locos.



Publicado en Diario de Ibiza, 17 de marzo, 2007

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