Ignoro de qué forma podemos cambiar de modelo turístico en Ibiza, porque la consolidación del modelo sol y playa es imbatible, aunque tendrían que desterrarse prácticas de alojamiento perversas (hostelería Todo Incluido y casas y apartamentos descontrolados y alegales) antes de que sea demasiado tarde y quizás ya lo es.
Confiar todo el peso del turismo de Ibiza al sector joven, de discoteca, amante de las drogas, y que viene sólo en julio y agosto, es una auténtica locura, pero se han hecho tantas ya que nadie parece percibir la gravedad de la situación.
Y sin embargo, si no cambiamos nosotros nos cambiarán desde fuera. En realidad, los grandes cambios estructurales del turismo de Ibiza se han consumado de manera razonablemente armónica a partir de exigencias externas, como el cambio de moneda que se hizo efectivo en 2001, por ejemplo. Fue previsto y gestionado con pericia por la empresa pitiusa.
La otra gran revolución también la explicamos y la digerimos con elegancia y sin miedo: la entrada en vigor de la nueva política de vuelos, las compañías de bajo coste y, en paralelo, una explosión sin precedentes de Internet.
Ambos factores combinados pueden dejar obsoletos los antiguos modos de vender turismo, la agencia de viajes, el pack turístico y los operadores turísticos. El tema está lejos de quedar resuelto, pero ya sabemos que la llegada de turistas a través de turoperadores cayó un 28% hasta septiembre (Diario de Ibiza, 25-X-2012). Estas caídas son de órdago, aquí ya no estamos hablando de crisis, ni de matices: es un tsunami y sabemos que se está operando una auténtica revolución silenciosa en empresas turísticas, compañías de aviación y financieras del sector. No son bromas.
Por ello los datos que vamos recogiendo en Ibiza son significativos, tienen una fuerte carga de información. Todo concuerda si sumamos el acumulado anual de las compañías de bajo coste a Ibiza en 2012 (repito hasta septiembre): nada menos que 1,7 millones de pasajeros internacionales.
Por esto mismo decía antes que nosotros quizás no sepamos o no queramos (¿por qué iban a querer cambiar las discotecas si ahora se están forrando?) cambiar, pero nos cambiarán desde fuera, nos cambiarán ellos, los aviones, que son la artillería pesada. Ya nos gustaría a los ibicencos disponer de media docena de aviones para el invierno, pero... no tenemos peso.
¿Han observado ustedes que la llegada de turistas por mar es cada vez menos determinante? «El tráfico de pasajeros cae un 12% en el puerto de Ibiza y un 8% en La Savina» (16-X-2012) mientras la llegada de cruceristas experimenta una subida.
No me gusta que una isla rodeada de mar pierda peso en los transportes marítimos, pero decía, y me reafirmo, que estamos viviendo una gran revolución empresarial y financiera en los transportes y por desgracia Ibiza no pinta nada (exceptúo la abusiva política de fletes de las compañías de transporte de mercancías). Formentera no tiene aeropuertos, por lo que su descenso es serio.
Pero las Pitiusas todas tendremos que estar muy al tanto si queremos estar en algún puesto de mando en el futuro que se avecina, que de hecho ya está aquí.