miércoles, junio 29, 2011

El efecto llamada de la sanidad gratis


Aunque lo sabemos los ibicencos y residentes, es bueno reforzarlo con un argumento de autoridad. Según la Asociación de Defensa del Paciente, nuestro querido hospital de Can Misses tiene las peores listas de espera de Baleares.

Y aún así tiene que acoger a numerosos enfermos que vienen del extranjero a operarse, aprovechando los múltiples agujeros de nuestra sanidad. Es un asunto del que carezco de datos específicos, es decir tengo que ir deduciendo de algunas informaciones privadas y comparando con lo que ocurre en otras comunidades españolas, pues estamos ante un fenómeno generalizado: desde hace más de una década se ha puesto de moda el turismo sanitario. El abuso más bien.

Muchos extranjeros se aprovechan de algunos vacíos legales –aunque en diciembre de 2009, la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, se opuso a la nueva directiva europea de libre circulación de pacientes– para hacerse costosas operaciones, algunas de las cuales ni siquiera las cubre la sanidad de su país de origen. Cuando lo han conseguido, simplemente desaparecen y la factura queda como una losa gravando nuestro sistema sanitario español, que si no está quebrado poco le falta.

Admitiré cualquier rectificación en lo concerniente a Ibiza, en un sentido o en otro. Mientras tanto, seguiré pensando que no somos muy distintos al resto de la Península o Canarias.

Por ejemplo, la Comunidad Valenciana está pagando un costoso gravamen con este tipo de operaciones carísimas, practicadas a extranjeros que suelen entrar en quirófano por vía de urgencia empleando varios trucos. De hecho, fue cuando viví en Valencia donde descubrí el alcance de estos pufos. Los miles de extranjeros de Alicante (y sus correspondientes familiares en Gran Bretaña) pronto descubrieron que la sanidad española era buena y era ¡gratis total! Ahora ya no sólo vienen los británicos, etc. también de la Europa del este (por ejemplo rumanos, que ya son ciudadanos comunitarios) y magrebíes.

Las intervenciones de cataratas, de cadera y ortopedia, odontológicas y de la visión son las más demandadas. Sanidad realizó 300.000 asistencias a extranjeros en 2008. Los europeos aprovechan la gratuidad del sistema para operarse en España. Y este turismo de bisturí nos cuesta a los españoles más de 64 millones. Es como para pensárselo. Mientras lo hacen, les dejo con algunos titulares recientes, podría poner centenares:

«Cientos de extranjeros vienen a Castellón a operarse gratis» (Mediterráneo). «Una sanidad gratuita y libre hace de reclamo para miles de extranjeros que buscan una solución a sus problemas de salud. Llegan con la lección bien aprendida para ponerla en práctica, y conseguir así una renovada cadera o un buen marcapasos» (ABC). «Cada vez vienen más extranjeros a operarse gratis a Granada» (Ideal).