miércoles, junio 15, 2011

144.000 habitantes y creciendo



A lo largo de estas notas, el fenicio ha ido empleando algunos datos de población para explicar el crecimiento de las islas y otras cosas de pasada. No es un estudio demográfico serio, que alguien debiera de emprender con sistema y con rigor para plasmar en algunos gráficos el alcance del fenómeno. Son unas notas de aviso y reflexión.

Las preguntas siempre suelen ser las mismas: ¿pero cuántos habitantes tienen en realidad Ibiza y Formentera? No lo sé, pero los datos conocidos el día uno de enero de 2010 nos dan exactamente 142.599 para ambas islas (Diario de Ibiza del 5 de enero de 2011).

¿Recuerda alguien que dijimos que Ibiza crece a un ritmo de 13 habitantes diarios? Bien, entonces, habría que multiplicarlo por unos cuatro meses, bueno pongamos 160 días por 13... igual a 2.080 habitantes). De manera que si seguimos el juego, a finales de mayo somos 144.679 habitantes.

Sin ser especialista, estará de acuerdo conmigo, paciente lector, que en las cifras de población siempre hay distorsiones y si no se conocen los trucos, el resultado final no queda ajustado.

Por ejemplo, a nivel de toda España sabemos que ocurre un fenómeno muy sorprendente: los muertos no mueren, siguen apuntados. Además, muchos empadronados y quizás censados en realidad no viven en Ibiza, pero quieren aprovechar los descuentos de residente. Los ayuntamientos están encantados, porque perciben las partidas de presupuesto en función del número de habitantes. Y eso ocurre en toda España. Hasta que llega la renovación del censo –y eso ocurre cada cinco o diez años, no lo recuerdo– los números poblacionales están distorsionados.

Pero déjenme salir enseguida en defensa de nuestros ayuntamientos: valgan los añadidos por todos aquellos que flotan de vacaciones sin estar empadronados y sin percibir contrapartidas nuestros pobres organismos públicos.

Repito, hay quien ha calculado la multiplicación de los habitantes en pleno agosto: Ibiza y Formentera llegan a cobijar a 409.000 habitantes. Y después se quejan los hoteles de que pagan demasiada basura y demasiados impuestos. Quienes debiéramos quejarnos somos los ciudadanos que vemos multiplicados por tres los gastos fijos de mantenimiento. (A veces, en algunas partidas, el Gobierno central tiene a bien ceder algunos servicios y aumentar las dotaciones, por ejemplo de policía, pero no siempre los necesarios. Casi nunca los necesarios).

No es de extrañar que los ayuntamientos de toda España y creo que son unos 8.000, es decir sobran más de la mitad, vayan como locos para poder empadronar a quien pase por ahí. Esto es otro desfase de este país destartalado, que debido a una casta política parasitaria, inepta y en gran parte corrupta, siempre va con retraso, con retrasos. Y esto no funciona.

La gran crisis que nos afecta obligará a rediseñar la estructura administrativa imagino, y por supuesto las autonomías –un engendro diabólico que nos ha llevado a la ruina– pero esto es otro tema. A ver si seguimos hablando de habitantes, de población y descubrimos alguna manera de salir a flote.