En crecimiento demográfico (no confundir con democrático) somos los primeros de Baleares. Vamos como un cohete, desgraciadamente. Pero en servicios, la relación se invierte, somos siempre de los peor servidos.
En educación, policía, seguridad, acceso a posibilidades de viajes, en cesta de la compra, en sanidad, en justicia, etc. somos de los peorcitos y pasan los años y esto no mejora. Esto sí, salimos mucho en los periódicos y quedamos colmados de orgullo cuando nos cuentan que Gisele Bundchen ha venido a fotografiarse con unas gafas o que Shakira usa Ibiza de trasfondo.
En el terreno de las banalidades, en resonancia mediática de celebrities y en vaciedades somos los primeros o de los primeros. Pero Can Misses tiene las peores listas de espera de Baleares.
Me da un poco de risa la utilización electoral que se ha hecho del turismo o del nuevo hospital de Ibiza. Más valdría un discreto silencio, pero ya sabemos que los políticos han de vendernos la moto para seguir emparralados en su trono de ineficacia y derroche.
En este momento recuerdo las palabras de alguien experto y sensato: «El día que abra el nuevo hospital faltarán las mismas camas que ahora», decía Juan Tur Roselló, jefe de los servicios de traumatología del hospital Can Misses hace ahora un año.
Sería de desear que los políticos escucharan las peticiones, explicaciones y asesoramientos de los profesionales. De todas maneras, Juan Tur confirma que en Ibiza hemos mejorado y hay que decirlo sin tapujos: el hecho de que hace 25 años estuviéramos mal no quiere decir que hoy no pudiéramos estar mucho mejor; el hecho de que se planifique un nuevo hospital no significa que no se tengan que atender los consejos de los especialistas, que son quienes saben mejor de sus necesidades.
Además, el mismo médico recupera un tema que hace tiempo me tiene muy intrigado y del que he escrito algunos artículos: la asistencia de matute de muchos extranjeros que consiguen costosas operaciones gratis o casi gratis por el simple procedimiento de entrar por urgencias.
«No tengo ninguna duda de que ha mejorado muchísimo, no podía ser de otra manera», dice Tur Roselló. «Cuando abrió Can Misses, y mucho después, todos los extranjeros europeos se iban a sus países para que les atendieran allí. Ahora tenemos permanentemente alemanes, ingleses y suizos que se quedan en este hospital. Antes se iban corriendo y ahora no hay forma de echarlos».
Esto es un hecho que no solo afecta a Ibiza o a Baleares. Pero es muy irritante que teniendo las interminables listas de espera los residentes en Ibiza (fíjense que no digo ibicencos) se nos adelanten estos franceses, alemanes y sobre todo británicos que emplean una picaresca más digna del Lazarillo del Tormes para hacerse gratis con una operación de prótesis de cadera. Y la dirección de nuestros hospitales debiera imponer un protocolo más exigente que impidiera el coladero de estos señores que vienen a operarse y de paso pasar un postoperatorio en una playa o en una terraza soleada.