miércoles, enero 09, 2013

Las multas del mar



De la mar el mero y de la tierra el cordero. O la cabra que limpia nuestras riberas y nuestros zonas boscosas invadidas por los arbustos, tan queridos por el fuego.
De la mar el mero, el congrio y los erizos, pero también muchas multas y muchos problemas.
Me gusta mucho que el Diario de Ibiza trate temas marinos y marítimos, porque los ibicencos y muchos que vienen de fuera vivimos del mar, por mucha discoteca que nos quieran hacer tragar (¡hasta en el aeropuerto! ¿Ya nadie tiene sentido del ridículo en esta Ibiza loca?).
Incluso si yo me dedicara a los negocios, pediría licencias para construir una quincena de puertos deportivos más. Con los que hay ahora sobra, a excepción de cuarenta días del verano, pero ya me apañaría para sacar negocio, entre la explotación y los traspasos o la venta de derechos. El negocio es el negocio.
¿Sí, pero usted no piensa en la conservación racional de nuestra isla, de las costas? No, le contestaría yo si me dedicara a levantar imperios. Es más, le diría, a Ibiza que le den mucho por saco. Lo que yo quiero es ganar dinero. Bueno, esto lo pensara o no, me lo callaría. Yo diría: «Tendrían que estarme eternamente agradecidos los nativos porque os voy a sacar de la crisis y os voy a modernizar y a dejar limpias todas estas zonas que ahora son una pocilga». O algo así.
Vale, dejemos la ácida parodia para otro momento.
Me acabo de enterar de que estas estructuras sólidas fijas en el fondo del mar son un criadero inmejorable de... medusas, según un estudio del Imedea, en una investigación internacional liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El fenómeno es conocido, por razones obvias, como el efecto ´Caballo de Troya´.
En este trabajo observan que en este tipo de superficies artificiales, que de hecho ya saturan las costas de Ibiza, se han llegado a detectar 100.000 pólipos por metro cuadrado, con una mayor capacidad de generar medusas. La cifra es astronómica y sin duda explica, al margen de otras concausas, la facilidad con que que aparecen súbitamente en Ibiza auténticas plagas de distintas medusas, en función de la época.
Otra razón más para oponerse frontalmente a la construcción de cualquier nuevo puerto deportivo en las Pitiusas. Y ni una a favor, no se me ocurre ni una.
Pero del mar no sólo sacamos porquería, contaminación y alteración por las obras del hombre, también podemos obtener todo un catálogo de multas y como leo el reportaje de Vicent Prats (28 julio 2012) donde se informa sobre la necesidad de obtener una licencia de pesca y de respetar las zonas, aquí las resumo por si alguien todavía anda despistado. Ibiza ha cambiado mucho.
No se debe uno embadurnar con los detritus orgánicos de El Espalmador (no son barro, son excrementos) por estar en zona protegida; ni se puede pescar sin licencia ni fuera de época, tampoco se pueden recoger crustáceos de las rocas ni erizos del mar. Prohibidísimo. Mucho menos atracar en los islotes ni recoger plantas ni lapas, ni caracolas. Nada de nada. Tanto tiempo sin hacerles caso... dejémoslos en paz.