miércoles, marzo 16, 2011

Mala sombra



Parece que por fin, después de muchos años de agonía, diversas circunstancias tan favorables como inesperadas salen en auxilio del turismo de estas islas. Esto lo escribí hace un mes, ya que tantas veces he dado mi opinión pesimista sobre el mismo tema.

Pero ¿ven cómo en materia tan delicada no se puede repartir la piel del oso antes de cazarlo? O también, hoy hace un bonito año, seguramente vendrá algún cenizo a jodérnoslo.

No diguis blat que no estigui dins es sac, i no sigui ben fermat.

El año pasado bastó con unas simples cenizas de un volcán perdido en la lejana Islandia para auspiciar malos augurios. Al final, la furia de las cenizas lanzadas al aire, donde dañan peligrosamente los motores de los aviones, amainó a tiempo para recoger una temporada muy pasable.

Donde fue un revés volcánico, a comienzos de este año obtuvimos un envés bélico: las extrañas revueltas en cadena en todo el Norte de África hicieron presagiar una temporada excelente en Ibiza-2011. En efecto, las primeras informaciones de las ferias turísticas en Londres y en Berlín no eran malas, pero a partir de las violentas jornadas en Túnez –una competidora de Ibiza nada desdeñable– las contrataciones en Gran Bretaña y en Alemania se dispararon.

Por eso escribí en febrero que reinaba la euforia en el mundo turístico balear. Especialmente en Ibiza, después de más de diez años de sequía y de problemas de todo tipo.

Cantar victoria antes de tiempo puede llevar a algunas frustraciones, por ejemplo, esta huelga salvaje e injustificable de los trabajadores de AENA, anunciada por los sindicatos con una antelación que lejos de mitigar sus efectos los multiplica.

Los sindicatos de AENA han escogido las fechas más delicadas y determinantes para romper cualquier proyecto de vacación tranquila y factible. Ya saben lo que hacen, ya.

Sin necesidad de ser abogado laboralista parece evidente que están en una situación de ilegalidad flagrante. No existen las huelgas preventivas, por un si acaso. Además, en España la propiedad es un derecho inalienable. Si el propietario de un bien o servicio considera apropiado traspasarlo de titularidad los sindicatos no son absolutamente nadie para impedirlo y mucho menos poniéndose en huelga.

Los trabajadores de AENA, con su huelga, lesionan una serie de derechos del prójimo. Secuestran al viajero. Impiden sus vacaciones y su libre movimiento. Etc.

Pero, sobre todo, arruinan la única actividad que todavía funciona un poco, a pesar de los ataques del socialismo (precios, alcohol, fumar, IVA, etc.). Y lesionan la supervivencia a la Comunidad española que más impuestos paga y que menos dinero recibe del Estado. 

Y acabo: el mal ya está hecho.