sábado, marzo 26, 2011

Hospitalarios



Nos esperan tres meses para soñar, si no llega sin avisar algún gamberro y nos estropea la fiesta. Abril, mayo y junio, y después el acabóse: una riada incontenible de jovencísimos clubbers en busca de la pastilla perdida, entre los que se camuflará un rebaño de camellos minoristas.
Porque nos han avisado de que las plazas disponibles en las islas se están vendiendo bien, pero nadie nos ha prometido que no vayan a ser todo incluido para los aguerridos jovenzuelos del lumpen–proletariado europeo.
Nadie nos ha garantizado que la respuesta del corsario de las islas no vaya a ser una triple venta –uy, el temible overbooking– y un trimestre de muchos sudores y algunas lágrimas.
No me extraña que la asociación de guías o los vendedores de preservativos, que ya no lo sé, nos recomienden mucha hospitalidad ante estos nuevos turistas. Uno de los temas más difíciles en las escuelas de negocios es ¿cómo recuperar al cliente perdido?
Muchos me dirán que no quieren recuperarlos, muy al contrario, quisieran perderlos de vista definitivamente y para siempre. Son los turistas de Ibiza, de ínfima categoría y con un comportamiento desquiciante. Yo me acuerdo cuando Antich (¿o era Matas?) nos recomendaba más sonrisas para el turista. Ya hace unos años de eso.
Pero una gran parte de los turistas que ocuparán (o no, muchos van a dormir en la playa) una plaza no merecen sonrisas, en realidad acaban recibiendo más: una ambulancia que los traslada a urgencias.
Oído cocina, policías, asistentes sociales, enfermeros, camilleros, se prepara un trimestre intensivo, una punta calentita. Prepararse bien mentalmente para sonreírles, tratarles con hospitalidad y dispuestos a salir por piernas si se ponen violentos.
Ahora incluso los grandes turoperadores alemanes prevén un boom turístico en la Ibiza–2011. Ya les expliqué hace un mes las excelentes perspectivas del turismo inglés. Entrambos dejarán la isla atiborrada, al menos durante los 70 días punta.
Poco importa que en junio ya esté gobernando otro equipo, las instalaciones de Ibiza mal que bien funcionan con una inercia admirable y con muchos reventones. Los políticos, si nada hacen, es estorbar.
De todas formas nuestra obligación es, sin desmotivar a nadie, estar al quite, porque en cualquier momento se nos pone en huelga alguien en algún sitio, o comienza a vomitar lava un volcán, o tiembla una parte de Europa o … continúa la guerra de Libia durante el contundente verano mediterráneo.
¿Puede afectarnos alguna de estas variables?
Hombre... a ver quién es el guapo que se atreve a descartar los imprevistos.
Nosotros, a lo nuestro, a fregar y a sonreír. A pintar el mobiliario, ser hospitalarios siempre que se pueda y a hospitalizar en muchos otros casos inevitables.