miércoles, mayo 05, 2010

Un ruiseñor en cada higuera


Entrevistar o conversar con Sandy (Sandy's bar) fue una auténtica lección magistral de historia de la moderna Ibiza, sus elefantes, afincados, de teatro, literatura, botánica o ornitología. Lo combinaba todo con una pasión no exenta de detalles minuciosos y eruditos haciendo alarde de una memoria excelente.
Después de mi artículo algunos se han interesado por aquella Santa Eulalia, donde no todo fue bueno. De hecho, la villa de Xarc se hizo tristemente famosa por una cacería de hippies ejecutada por la Guardia Civil en los años 60. No fue para tanto, pero al salir en la BBC de Londres en un espacio puntero, alcanzó una dimensión magnificada en todo el planeta, cuando en Estados Unidos había persecuciones mucho peores casi cada semana. Incluso el novelista Graham Greene incorporó la noticia en una de sus novelas de trama sudamericana. Cuando lo encontré sin esperarlo me entró la risa.
El bar Sandy cumplió una función comunicativa constante, uniendo sin aristas a los tránsfugas del Vietnam (recuerdo a Mikel, el hombre de metal, no tránsfuga sino damnificado de guerra) con los escritores, artistas y los propios ibicencos. En aquellos años fue una misión importante.
Pero Santa Eulalia, seguramente el pueblo más conservador de Ibiza, en una isla donde conservador lo es casi todo el mundo, se sacudió aquella triste y violenta noticia, de modo que gran parte de los hippies residuales se iban decantando por las campiñas de San Carlos, San Miguel y de Santa Eulalia. Artistas plásticos como Hans Hinterreiter, Erwin Bechtold, Blakstad y otro centenar largo se quedaron en sus casas de la zona.
Fernando Rey y su esposa Mabel Karr, la numerosa familia de los Molina, los pilotos de fórmula 1 Niki Lauda o Graham Hill, la actriz Diana Rigg o el actor Therry Thomas se reunían de una forma o de otra en el Sandys. Se llegó a formar un grupo humano impresionante, aunque como es natural no siempre coincidieron todos ni todos fueron amigos.
Susan tenía su galería, Helga también (El Mensajero). Denholm Elliott, Laurence Olivier podían charlar durante horas con Howard Sackler (´La gran esperanza blanca' , 'Tiburón') o con el poeta y músico de King Crimson Peter Sinfield o con Robin Maugham, el sobrino del gran escritor Somerset. La pareja formada por Nina & Frederick (hasta que se separaron) también se hicieron fijos del Sandy´s. Pero la lista es mucho más extensa, mucho más desde 1958 (aunque algunos llegaron mucho antes).
Guardo las páginas manuscritas de mis charlas con Sandy. La lista de famosos impresiona, pero no tiene ningún interés más allá de la anécdota. Reuní en mi 'Ibiza, la senda de los elefantes' a algunos de aquellos creadores. No todos.
Ahora, veo que lo que más me aportó fueron sus charlas sobre la botánica de Ibiza, su admiración por las cunetas ibicencas repletas de asfódelos (a mí me gusta escribirlo sin acento esdrújulo) o gamones o la recurrente memoria de Sandy sobre la proliferación de pájaros: jilgueros, tordos, gorriones, pero sobre todo de ruiseñores.
Eran tiempos en que las higueras, todas las higueras tenían su ruiseñor.