miércoles, mayo 19, 2010

Cenizas

Quizás no sea un volcán hermoso, pero este fotógrafo ha manipulado la velocidad de la imagen y nos permite admirarlo desde un punto de vista nuevo.


Éramos pocos y parió la abuela, suele decirse, pero mejor sería recuperar la frase estoica y realista de Séneca, un personaje cuya forma de pensar tenía mucho del antiguo ibicenco fenicio: Aequat omnes cinis. La ceniza nos iguala a todos, la muerte acaba por convertirnos en polvo a todos.
La palabra ´ceniza´ proviene del latín cinis y así como las palabras incendio, incendiar, incinerar, con el prefijo in, que significa penetración, estar en.
De modo que ya tenemos la explicación etimológica del incendio de nuestro turismo, que está sujeto a estas cenizas que nos igualan a todos en la ruina. Podríamos haberlo dicho antes, pero nuestra norma en tiempos de zozobra intensa es no añadir futuribles de escándalo a la alarma común. Ahora ya da lo mismo, no es una especulación exagerada sino una constatación fría y cenicienta que ha llenado de desánimo a muchos profesionales que esperan la temporada para recibir una aportación de liquidez que permita estirar la situación, por pésima sea.

Así que lo expreso yo una vez ya lo han aceptado los técnicos de hostelería y de servicios técnicos varios: estas nubes tóxicas de cenizas volcánicas que flotan en casi todo el hemisferio Norte van a convertirse en una sombra –nunca mejor dicho– amenazante para nuestro turismo.
Hay un tipo de turista que tiene compradas las vacaciones de antemano, en especial los paquetes más baratos del todo incluido. Pero lo que era nuestra fortaleza era nuestra debilidad, es decir, el turista que venía por libre comprando la plaza por internet puede encontrarse súbitamente que los aeropuertos de Gran Bretaña, de Francia o de Alemania cierran sus instalaciones, y sabemos por experiencia que estas prevenciones suelen durar de dos a tres días: precisamente el cliente que se acoge al viaje excursión de fin de semana. Esto hará daño a las Baleares. Ya hace.
El turista de último minuto se verá bloqueado en el aeropuerto y decidirá quedarse más cerca o en su propia casa. Todo depende de este hermoso volcán que vomita malos humos sin cesar y ningún técnico se atreve a vaticinar una tregua en las efusiones tóxicas a la atmósfera. Islandia se está convirtiendo para el turismo de Ibiza en una amenaza mucho más potente que aquellos vikingos de Sigurd que asaltaron las cuevas de la Mola en tiempos en que las islas estaban bajo la dominación musulmana.

¿He dicho bonito volcán? Nada de bonito tiene. La mecánica de las cenizas es diabólica y en Ibiza ya las hemos vivido de todos los colores, al menos de tres. Una, el viento del Oeste traslada las cenizas sobre Bélgica, Holanda, Alemania, Dinamarca de manera que los aviones no pueden volar a Ibiza. Dos, las corrientes afectan a todo el archipiélago británico: Ibiza sin hooligans y clubbers no es Ibiza. Tres, esta ha sido la más retorcida: las cenizas salen y van hacia el Oeste, hacia América del Norte, o sea, en dirección contraria a Ibiza y a Europa: los aviones podrían salir desde Gran Bretaña, Alemania, etc. Pero... ¡pues tampoco! ¿Qué ha ocurrido? A mitad de camino, la corriente fría de aire baja las cenizas hacia el Ecuador y caen en el terreno de la borrasca, que empieza su gigantesca rotación, de forma que las va dejando en Canarias, España y por supuesto en Baleares. Lo dijo Séneca: las cenizas nos igualan.