Esto es tremendo, parece como si anduviéramos en una de estas norias de feria o en una montaña rusa, donde salta un susto en cada recodo, pero yo voy a esforzarme por dar el lado amable de las noticias, porque con la que cae no nos conviene recrearnos en nuestros muchos males.
Me llegan noticias desde Brasil, donde se observa buen ambiente, optimismo y un crecimiento alegre que contrasta con las patéticas cifras que ofrece el zapaterismo. Quien tenga parientes y amigos que nos informe, siempre puede ser otra opción, porque en Cuba lo mejor es no poner los pies.
Sin embargo, desde Gran Bretaña no me llegan buenas vibraciones. La última anécdota nos habla de una demanda de arbitraje puesta por Thomas Cook a 19 hoteles españoles, algunos de los cuales están en Mallorca e Ibiza.
«El pleito, que pone en juego unos 30 millones de euros, afecta al acuerdo por el que la empresa británica alquila y gestiona 19 hoteles que Optursa posee en Mallorca, Menorca e Ibiza y que operan bajo la marca Hi Hotels», puede leerse en Preferente.com.
Lo resumo, porque mucho me temo que la historia se repite en varios puntos de España. El procedimiento de arbitraje se queja de que los contratos se firmaron cuando las condiciones turísticas eran muy distintas, a comienzos de la década. Ahora mismo ya no es rentable abrir estos establecimientos a estos precios.
¿Qué ha ocurrido? Pregunta retórica, porque la respuesta ya se ha publicado varias veces en nuestro Diario y yo mismo al menos en dos ocasiones, pero lo podemos sintetizar: Han aparecido varios destinos alternativos con instalaciones nuevas y confortables a un precio mucho más atractivo; la fortaleza del euro –a pesar de su bajada con respecto al dólar– ha reducido los márgenes de beneficio en aquellos destinos donde usan dicha moneda.
La situación era bien conocida y todos tiran de todos para bajar precios, pero llega un momento en que la presión es insoportable y ya no vale la pena seguir trabajando, porque además los precios del combustible todavía facilitan el transporte de larga distancia.
Aquí nadie duda que lo mejor es vivir al día. Según queda expresado, las tres condicionantes o una de ellas puede cambiar en cualquier momento.
En Ibiza sabemos de eso, pues nos hemos beneficiado de la desgracia de los demás en varios veranos que dábamos casi por perdidos: guerras, terrorismo, etc.
Ahora mismo, el verano de Ibiza está lejos de estar asegurado. Al menos el volcán islandés ha dejado de resoplar sus malos humos y lleva unos días de calma.
Pero la ABTA, asociación de agencias de viajes británicas, asegura que el nivel de reservas para España está como el año pasado, o sea mal.
Thomas Cook y otros mayoristas no están muy decididos a volcarse en España, por las razones antes explicadas. Nos quedan los italianos, los españoles y los alemanes.
Siempre nos quedará Brasil si espabilamos.
Me llegan noticias desde Brasil, donde se observa buen ambiente, optimismo y un crecimiento alegre que contrasta con las patéticas cifras que ofrece el zapaterismo. Quien tenga parientes y amigos que nos informe, siempre puede ser otra opción, porque en Cuba lo mejor es no poner los pies.
Sin embargo, desde Gran Bretaña no me llegan buenas vibraciones. La última anécdota nos habla de una demanda de arbitraje puesta por Thomas Cook a 19 hoteles españoles, algunos de los cuales están en Mallorca e Ibiza.
«El pleito, que pone en juego unos 30 millones de euros, afecta al acuerdo por el que la empresa británica alquila y gestiona 19 hoteles que Optursa posee en Mallorca, Menorca e Ibiza y que operan bajo la marca Hi Hotels», puede leerse en Preferente.com.
Lo resumo, porque mucho me temo que la historia se repite en varios puntos de España. El procedimiento de arbitraje se queja de que los contratos se firmaron cuando las condiciones turísticas eran muy distintas, a comienzos de la década. Ahora mismo ya no es rentable abrir estos establecimientos a estos precios.
¿Qué ha ocurrido? Pregunta retórica, porque la respuesta ya se ha publicado varias veces en nuestro Diario y yo mismo al menos en dos ocasiones, pero lo podemos sintetizar: Han aparecido varios destinos alternativos con instalaciones nuevas y confortables a un precio mucho más atractivo; la fortaleza del euro –a pesar de su bajada con respecto al dólar– ha reducido los márgenes de beneficio en aquellos destinos donde usan dicha moneda.
La situación era bien conocida y todos tiran de todos para bajar precios, pero llega un momento en que la presión es insoportable y ya no vale la pena seguir trabajando, porque además los precios del combustible todavía facilitan el transporte de larga distancia.
Aquí nadie duda que lo mejor es vivir al día. Según queda expresado, las tres condicionantes o una de ellas puede cambiar en cualquier momento.
En Ibiza sabemos de eso, pues nos hemos beneficiado de la desgracia de los demás en varios veranos que dábamos casi por perdidos: guerras, terrorismo, etc.
Ahora mismo, el verano de Ibiza está lejos de estar asegurado. Al menos el volcán islandés ha dejado de resoplar sus malos humos y lleva unos días de calma.
Pero la ABTA, asociación de agencias de viajes británicas, asegura que el nivel de reservas para España está como el año pasado, o sea mal.
Thomas Cook y otros mayoristas no están muy decididos a volcarse en España, por las razones antes explicadas. Nos quedan los italianos, los españoles y los alemanes.
Siempre nos quedará Brasil si espabilamos.