domingo, marzo 01, 2009

Y ahora piden campañas de choque

Promociona: con prisas y a lo loco

Estamos ya en marzo y ahora veo que insisten los hoteleros y las distintas asociaciones, Pimeef y otros, en pedir más fondos y adelantar la promoción para salvar la temporada.
Una isla que mueve dos millones de turistas al año no puede actuar a lo loco, a golpes de talonario y presionando en las fechas. No me gusta como enfocan el tema, y lo he dicho siempre. Quizás estoy equivocado.
Para empezar, el empresariado de Ibiza parece estar admitiendo que la promoción habitual de cada invierno no sirve. O sea, que hemos derrochado millones de euros en unas campañas que no son productivas.
Poco confían en sus propios esfuerzos.
Pero de nada servirá repicar la campana con más brío cuando la campana a menudo tiene que dar el toque de difuntos. Y sigo: todo el dinero que se derroche, aparte de no servir para los efectos benefactores que se pretenden, dejará otras cosas muy necesarias sin fondos. Esta es otra característica de la política letal de las autonomías: hay que pedir, exigir y extorsionar si es necesario porque el primero que llegue al dinero es quien se lo queda. Una locura improductiva, un sinsentido.
Yo me cuidaría de trabajar donde nosotros podemos llegar: mantener los calendarios promocionales a corto, medio y largo plazo y cuidar mucho nuestros servicios. En Turquía incluso regalan las camas. Tampoco se pide esto.
Las actitudes alarmistas, los toques a rebato no sirven para nada.
Yo casi diría que el destino de nuestra temporada de 2009 ya está escrito y nadie lo cambiará. Mejor que no diga claramente mi opinión, pero de alguna manera ya la vengo dando desde noviembre del 2008.
El dinero del contribuyente es sagrado. Incluso siendo rentable se tiene que invertir con sensatez. Ibiza está siendo promocionada desde Madrid, Mallorca y desde nuestra propia isla. Tranquilicémonos.
Quemar billetes por puro alarmismo no es la solución. Los otros también existen: Turquía, Grecia, Bulgaria, Hungría, Eslovaquia, Chequia, Egipto.
Y los propios clientes están viviendo su propia pesadilla. Calma, trabajo y sobriedad.