sábado, marzo 28, 2009

Hoteles desbloqueados


Ibiza tiene miles de cafeterías, bares y restaurantes familiares que viven directamente de la estación turística y no sólo del mercado y del consumo internos en una isla con 126.000 habitantes.
Para estos miles de negocios y comercios de la oferta complementaria, los turistas hospedados en los hostales, pensiones, hoteles y segundas residencias suponen la aportación principal. A su vez, la oferta complementaria es un potente núcleo de creación de empleo.
Por ello estos días estoy centrando un poco la atención en esta posibilidad de los hoteles de bajo coste. Los ingleses conocen desde 2005, gracias a las iniciativas de EasyJet y de otros empresarios, esta posibilidad de hospedaje.
Desde mi punto de vista -ya sé que otros habrá mucho más cualificados- la oferta complementaria de Ibiza y de Formentera no tienen ninguna posibilidad de supervivencia si se cultiva y se impone en el mercado la modalidad de todo incluido.
Con los hospedajes y hoteles de bajo coste, tienen alguna. De hecho muchas más. Hoteles de bajo coste no es sinónimo de gamberrismo ni miseria, sino de un tipo de turista joven, que viaja tres veces al año y que duerme poco. Sólo pide una habitación de diez metros cuadrados, cama, jabón y una toalla. El resto puede comprarlo. Y lo haría.
Los hoteles de bajo coste pueden convivir con hoteles rurales, agroturismos, hoteles de lujo, hoteles de calidad como algunos de Dalt Vila. Turismo de altos vuelos y turismo accesible se complementan.
Lo que no se complementa con nada, sino que lo abrasa todo es el turismo del todo incluido, porque es un turista bloqueado, que empieza y acaba en su hotel. Si no viniera a la isla seguramente saldríamos ganando en agua y energía derrochadas.
Pero el comportamiento de nuestros políticos es lamentable. Siempre van a la defensiva, como si a todo llegaran pero media hora tarde, o diez años tarde. Algunos todavía no han llegado ni llegarán nunca. La lectura que se hace es «esta temporada viene mala, habrá que apechugar con lo que se pueda, hasta que nuestros técnicos nos hagan un informe y blabbla?». Y así cada temporada, para lo mismo ir repitiendo a la siguiente.
En realidad, un tipo de empresario que pretende tener libertad de movimientos, liberalismo para funcionar, pero exige proteccionismo con la administración a todas horas en muchos aspectos, es un mal empresario.
Noto a faltar más debate en el turismo de Ibiza y me sobran las declaraciones de los Antich o los políticos, que no sirven más que para derrochar muchos millones. La temporada 2009 dejará aflorar todas las contradicciones acumuladas; no será decisiva para nuestro turismo, pero lo parecerá.
Diario de Ibiza