domingo, marzo 08, 2009

Aquí no se llena, pero vamos a pensar


Ya bien adentrados en marzo tenemos la absoluta seguridad de que la temporada 2009 será memorable, no por sus altos índices de ocupación y de pernoctaciones, sino por la estampida general.
Y como no lo han estado nunca, los papeles de los sindicatos y algunos empresarios aparecen poco claros, confusos. Un sindicalista advierte ahora que este verano habrá despidos de fijos discontinuos. Lo que habrá muchos parados que ni siquiera serán contratados como antes ocurría anualmente.
Muchas noticias concurren en este ambiente hotelero, también porque ellos han conseguido catalizar el generalizado sentimiento de crisis.
La mayor aportación a nuestro PIB no es ya la construcción, ni la facturación de los hoteles, sino el consumo privado, que por cierto se ha derrumbado al verse sin el abastecimiento requerido para seguir viviendo pedaleando a crédito.
Esta temporada debiera servir de gran base de la pirámide y reflexionar sobre la improrrogable necesidad de mejora de las infraestructuras hoteleras si de verdad se quiere competir con las repúblicas balcánicas, con Bulgaria, Rumania, Grecia, Turquía, Egipto, Túnez, o incluso con Marruecos, que a la chita callando ha aumentado su oferta de una manera muy remarcable.
Si no es mucho pedir, deben efectuarse las campañas turísticas necesarias y no dejarse contagiar por el nerviosismo ambiental. No sirve de nada aumentar el redoble o gritar más alto si quien nos está escuchando está sordo. Y ahora económicamente en Europa hay mucha sordera, a pesar de que en Gran Bretaña, Francia, Alemania, etc. la recesión genera mucho menos números de parados. Un fenómeno que debiéramos estar estudiando.
El Gobierno Balear ha decretado una serie de medidas urgentes de modernización de hoteles. ¿De qué servirá si no se abren líneas de crédito?
Hoy por hoy somos poco eficientes en todos los sentidos: debemos pagar sumas astronómicas para promocionar el Todo Incluido y el excedente de capital, caso de haberlo, raramente se invierte en Ibiza para ennoblecer la planta hotelera, salvo excepciones.
Sin embargo hasta las peores tormentas acaban por escampar y no debiéramos perder este año en lamentaciones lanzadas al vacío.