miércoles, julio 09, 2014

Las drogas sí son un problema en Ibiza

Comprendo que Energy Control pretenda rebajar los niveles de alarma en las Pitiusas tras los sucesivos y tristes episodios de ataques de locura agresiva incontrolable. Con todos mis respetos, los ibicencos somos mayorcitos, no nos alarmamos por el simple hecho de que alguien consuma determinada sustancia mientras hace su vida personal, laboral y social sin arrastrar a los demás a la demencia. Llevamos miles de años en contacto con el alcohol, el tabac pota, los emplastos de rosella (amapolas, un opiáceo), etc. Somos libertarios desde antes de que se teorizara dicha doctrina.
Yo diría que lo que nos alarma es la escalada incesante de drogas químicas de alta peligrosidad. Además podemos saber quién las toma, dónde las suele tomar y a qué horas. Nos alarma que lo que hace unos lustros era una excepción ahora se haya convertido en norma monótona. Siempre ha habido algún roce con un turista pasado de copas, y cuando digo siempre, quiero decir en los años 20 o 30 cuando venían los rubios jans a cargar sus barcazas de sal. O incluso entre los mismos ibicencos. Borracheras míticas, descomunales, a veces narradas en episodios literarios como en el caso de Walter Benjamin o Hugo Claus.
Fuere quien fuere, recibía el apoyo sanitario o un catre para dormirla. Y mañana será otro día. Lo que nos ha dejado totalmente descolocados es esta alarmante locura colectiva . Sí, Madrid, alarmante: necesitamos refuerzos inmediatos, no de vendedores de pastillas sino de policías que investiguen qué diablos pasa en las Pitiusas. Ya no basta con unas cuantas aprehensiones a final del verano. Ibiza necesita urgente atención investigadora selectiva. Las actuales fuerzas de seguridad, obviamente, están desbordadas.
Ninguna sociedad puede asumir los costos de tener decenas de sanitarios con los nervios destrozados o policías normales que han de trabajar como antidisturbios. Ni tener casetas sanitarias para ir amontonando a los jóvenes lesionados en el ejercicio de su deber de emborracharse. Ni que fueran tiempos del circo romano, cuando las carretas iban sacando del circo máximo las toneladas de carne muerta hacia su destino final.
No sé cuánto ganan los locales de ocio nocturno, ni me interesa, pero la sociedad no puede pagarles los estragos causados por su clientela, de todas formas muy mitigada por estos curiosos miembros de Energy Control, que niegan la existencia de las ´sales de baño´ o droga ´caníbal´ y que trabajan en y para las discotecas.
El Diario puntualiza que no solo una, sino varias partidas de MDPV han entrado en Ibiza. Pueden estar seguros. Una droga terrible, detectada en Miami y que provoca conductas intratables. Ni con once fornidos policías se pudo reducir a un afectado en Mallorca. Youtube está lleno de videos.
Tampoco tienen ninguna obligación los enfermeros y camilleros de aprender boxeo ni artes marciales. Nos basta con que cumplan su horario con la diligencia habitual. Aunque les será difícil si varias manadas de traficantes se reparten la isla cada comienzo de verano y se ponen a vender productos criminales capaces de reventar el cerebro al desgraciado que los consuma.

@MarianoPlanells
Diario de Ibiza

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