sábado, julio 05, 2014

Cultura británica del mamading



Estamos apañados con el turismo que viene a Ibiza y Mallorca (también a Lloret, Cataluña), pero hay que reconocer que el dinero no huele y entre mallorquines e ibicencos hacemos de tripas corazón para sobrellevar el ferragosto y seguir adelante. Sin tomar medidas ni arreglar nada. Estuvo por aquí un catalán, Ferré, especalizado en acoger a este tipo de turismo jovenzuelo, sobreexplotar a sus empleados y esquivar a a Hacienda, entre otras cualidades. Pasaron lustros antes de que se le echara el guante.
Pero la historia del turismo basura daría para una enciclopedia de la infamia, si no fuera tan monótona, aun dentro de sus broncas y maneras atrabiliarias. En la misma semana coincide la campaña 'Disfruta y Respeta', una abrumadora riada de chavales drogados hechos polvo, y lo que me parece más grave, la presencia de la droga criminal conocida por ´sales de baño´. ¿Cuál ha sido la gran noticia en la prensa balear? ¿Los incansables trabajos de Europol y la policía española para detener a estos desalmados delincuentes? No.
Unas mamaditas en un local privado, cerrado, en horario nocturno y particular. ¿De verdad cree el diario digital mallorquín que ha descubierto la pólvora? No pasa día en que un becario imberbe (o un viejo progre metido a reprimido y represor) no descubra el Mediterráneo y lo publique con la alegría perversa de quien se cree inaugurar el mundo. Si preguntaran a la vieja guardia del periodismo balear sobre los mágicos años setenta, ochenta y noventa... o sobre las peluquerías chinas abiertas al público y que suelen ofrecer un final feliz. O conociera las discotecas de Ibiza. En fin.
El titular que más me ha gustado dice: «El mamading se instala en Magaluf». Uf, qué alivio, no ha sido en el santo del cerdo en esta ocasión (San Antonio Abad). Hubieran hablado de cochinadas enseguida. Este 'se instala' ofrece una seriedad casi institucional, una formulación de peso ético y estético. Y claro, en los comentarios llueve la misma pregunta: «¿qué local es? Es para un amigo». El fino humor mallorquín ha primado sobre las groserías.
Pero veo el video y no acaba de excitarme. Ni de irritarme. Una rubia cuarentona se agacha a toda prisa ante las braguetas abiertas en posición de revista y hace el ademán, apenas un gesto y unas bocanadas de pez, porque la concursante ha de ganar: cuantas más entrepiernas visite, más posibilidades de hacerse con el preciado galardón al menos para una vacacionista británica: las copas gratis. Así que va del final feliz al permanente happy-hour (en realidad, happy holidays). Nada del otro mundo, chorradas para entretener y no abordar los problemas graves de Punta Ballena, Magaluf, Platja d´en Bossa, Lloret de Mar o San Antonio Abad.
Por supuesto, ningún inglés habla del mamading, por muy mamado que salga del local. Ellos quizás digan dick sucking, pero ¿qué más da? Hasta una asociación de comerciantes se ha ofrecido enseguida para atajar tal «denigrante actividad». La hipocresía de esta burguesía sin valor ni imaginación para enfrentarse a la realidad. En la página siguiente salen los estragos de las drogas que se venden libremente en todas las Baleares. Pero callan los puritanos. Necios. 
Diario de Ibiza
@MarianoPlanells