sábado, septiembre 15, 2012

La reentrada


De manera que reentramos. La rentrée, dicen con cierto gozo vitalista los parisinos, porque saben que la capital se llena de exposiciones de gran calibre, de visitantes turistas y nuevas oportunidades de negocio y de trabajo.
En Ibiza no llevamos el mismo ritmo ni el mismo calendario, pero el comienzo del curso escolar y político también nos obliga a ceñirnos a nuevos compromisos.
Los dos meses de fuerte verano han sido otra versión de más de lo mismo, o esto leo, porque por suerte no he tenido que soportar esta Ibiza que rebosa –cuando no revienta– por todas partes. Incluso desde los acantilados más inaccesibles ya se descuelgan mangueras que evacuan aguas sucias. No quedará ni un milímetro sin estar cubierto de porquería, detritos y deterioro.

Nada nuevo por el sur: siguen con las obsesivas pretensiones de construir campos de golf y puertos deportivos. Hay que ver con qué ansiedad proclaman la «necesidad» (¿para quién?) de un puerto en la zona de es Viver. Lo de siempre. Ruidos insoportables, intoxicaciones y peleas, los imprescindibles casos de ´balconing´ («que preocupan mucho a las autoridades inglesas»), cada vez más y mejor especialización de los taxis ´pirata´. Se dice de ellos que pueden levantarse con cierta facilidad 600 euros diarios. Me parecen pocos.

Y desbordamiento generalizado de tuberías, emisarios, depuradores, y en general nuestras infraestructuras, siempre a remolque de las auténticas necesidades de servicio. ¿Andarán trabajando afanosamente para conservar el control? Seguro, aunque he leído textos que explican el caos reinante en toda la isla por la carencia de autoridad y de autoridades. Yo lo dudo. Claro que hay problemas, porque no se sabe congeniar nuestra oferta disponible durante 12 meses con la demanda, que enloquece literalmente durante julio y agosto. La cuadratura del círculo.
Quizás se transmite la impresión de desorden y descontrol porque los mismos políticos proyectan esta sensación en sus relaciones propias. Tanto el Partido Popular como el PSOE no consiguen domeñar sus propias filas y se transparenta al público un rosario de peleas y de divisiones interminables.

Supongo que es algo normal en todo grupo humano, pero estamos inmersos en una crisis extraña que nos rodea y que afecta a Ibiza y Formentera, por mucho que se pretendan maquillar las conclusiones. Es cierto que las Pitiusas se siguen beneficiando de la sangrienta situación del Magreb y del Próximo Oriente. ¿Lo niega alguien? No lo niegan algunos, pero se lo callan. En esta vorágine paneuropea, Ibiza se ha adaptado bastante bien y está aprovechando todas las ventajas del low cost, de Internet y del turismo lúdico juvenil. Donde no parecemos resolver el caos es en la economía tradicional de la hostelería y de los servicios en general.
Dentro de uno o dos meses tendremos más datos, pero parece claro que el ´todo Incluido´ sigue haciendo muchísimo daño a la oferta complementaria, lo cual incide en una menor contratación laboral. Intentaremos entenderlo y explicarlo con más datos.