Fernando Torres en Ibiza a principios de junio 2012. Pero se lo tomó con calma antes de la Europacopa 2012. Como debe ser, ¿no?
“Morir
en Ibiza” iba a titular y no me refiero a los 1.400 euros del ala
que costará una cremación en la isla (no lo he comprobado pero
imagino que bastante más que en Valencia o en Denia) sino a los
factores de riesgo. Factores de riesgo inducidos, no a los objetivos
que existen al margen de cualquier conducta alocada.
Comencé
a cavilar en esto cuando leí, Diario 25-XI-2011, que los incidentes
graves en las playas pitiusas habían aumentado un 88,8% sin contar
los casos con resultado final de muerte. En 2010 fallecieron 10 en
nuestras aguas, en 2011 solamente dos. Lo cual hace pensar en un
aumento de turistas, pero también en un agravamiento del estado de
sobriedad. Agravamiento o quizás una pérdida de sobriedad. Los
inglesitos es lo que tienen: nadie les ha enseñado a beber y pueden
llegar a hacerlo hasta caer literalmente desmayados. No pocos entran
en estado de coma.
Pero
sin llegar a extremos fatídicos, podemos calcular que muchos de
estos pequeños incidentes se deben a conductas poco apropiadas en
las aguas, en las rocas y en las piscinas. En honor a la verdad, hay
que decir que todo el mundo, toda la isla, todos los negocios (en
gran parte dirigidos por sus propios compatriotas) está confabulado
para que acaben el día repletos de alcohol o de drogas.
En
este sentido es admirable la inexistencia de accidentes serios,
aunque según otra estadística, uno de cada 20 turistas ha tenido un
percance violento durante las vacaciones. Peleas, cabreos, agresiones
y a menudo bofetadas es el pan de cada día y más entre los
británicos que parecen olvidar el fair play en las pistas del
aeropuerto de Londres o Liverpool. Una vez más, muchas de estas
trifulcas, incluyen, cómo no, a las chicas tanto como a los chicos.
No
sólo son peleas. El otro día, el escritor Arturo Pérez-Reverte,
buen conocedor de la isla entera, contaba en un tuit que las escenas
más perversas, vulgares y desagradables las sufrió en San Antonio.
Y contaba el espectáculo que yo omitiré aquí porque me duele hasta
contarlo. Con lo maravilloso que fue San Antonio hay que ver como ha
acabado y a pesar del esfuerzo de una docena de empresarios jóvenes
la situación no remonta ni parece mejorar.
¿Cuáles
serán los peligros de 2012? Los mismos de siempre. Un joven que no
actúe con prudencia puede acabar sus días en las carreteras,
aunque han mejorado mucho (a un alto precio para la integridad de la
isla, pero esto ya es otro tema).
Otra
constante es el despeñamiento por los balcones o tirarse desde las
alturas. Balconing maldito.
Hemos
visto el peligro del mar: hay peligro de morir ahogado.
Y
finalmente el abuso de drogas y la sobredosis.
Habrá
algún factor más, pero hoy los británicos saben que el mayor
peligro que corren en Ibiza lo encuentran en ellos mismos o en otro
inglés que va tan pasado como él. Es inútil enseñarles videos,
darles sermones, a estas alturas quien no sepa navegar puede tener
algún percance inesperado, pero no sobra remarcarlo: Ibiza es un
sitio muy seguro. Pero tentar a la suerte puede tener un alto precio.