A lo largo del invierno hemos ido anotando las impresiones y las informaciones muy optimistas con respecto al turismo en Ibiza. Los datos y la observación en las ferias, sobre todo las de Londres y Berlín, son halagüeños para las Pitiusas, aunque este verano la marca de cerveza dedicará su anuncio a las bellezas mallorquinas. Primero fue Formentera, después Menorca y ahora la mayor de todas. De momento Ibiza queda al margen, pero no nos hace ninguna falta. ¿O sí?
La pregunta retórica se debe a una certeza difícil de rebatir: los españoles gastarán mucho menos durante este verano. El consumo interior se ha desplomado, incluso con respecto al 2011. Esto no es bueno para Ibiza, una isla que se nutre de los británicos y españoles, con el aporte proteínico de los panzudos germanos.
Pero los españoles están para pocas cervezas. La Semana Santa es un test infalible, como las Fallas de Valencia. En ambos casos los visitantes han disminuido sensiblemente y las noches de pernoctación todavía más.
Incluso la patronal Exceltur, en absoluto negativa ni pesimista, se ha visto obligada a rectificar sus propias previsiones de principios de año: el turismo nacional de toda España entrará en recesión este mismo verano y los buenos augurios del turismo extranjero no compensará la caída del 0,3%.
A pesar de ello, con este registro, la actividad turística se comportará mucho mejor que el conjunto de la economía española.
En Ibiza no podemos cantar victoria, porque la competencia es atroz. Las costas españolas acogen a nuestros compatriotas con los brazos abiertos y a unos precios bastante más atractivos. Los precios de Ibiza empiezan a pesar como una losa, a excepción de alguna oferta especial, por supuesto sólo en los meses punta. Y en cuanto a los alemanes, conocemos la técnica de optimización de los operadores turísticos, hoteleros y compañías de bajo coste: primero llenan Mallorca hasta reventar, y cuando ya no cabe una barriga alemana más, nos la mandan a Ibiza. A esto le llaman eufemísticamente «efecto rebose» , cuando sería mucho más preciso decir que nos la meten doblada por detrás.
O sea, menos triunfalismo, porque en 2012, teniendo la coyuntura internacional a favor (los serios acontecimientos del Magreb) no estamos mejorando estructuralmente. Son picos y subidas coyunturales y episódicas.
Es decir, funcionamos a la defensiva. Y quedamos a la espera de ver el alcance del descenso del consumo interno sobre Ibiza y Formentera.
El ministro Soria, muy lejos de abaratar el IVA turístico y de facilitar los accesos con bajas tasas aéreas ha hecho casi todo lo contrario. El mismo presupuesto del ministerio es un 30% menor y esto se hará notar sobre Turespaña, lo cual a su vez podría afectar en el ritmo de continuidad de nuestro Parador Fenicio.
A la defensiva, sí, con sumo cuidado. Ganas no faltan, pero quizás falten otras cosas.