miércoles, febrero 08, 2012

El boom turístico de 2011



Algún día se estudiará el boom turístico en España y en Baleares de la temporada 2011. Un aumento súbito del turismo no puede obedecer a una situación estable. Algo ha alterado la correlación de fuerzas en los países emisores de la Unión Europea o bien en los países receptores. Hoy sabemos sin mayores misterios que la traumática situación de los destinos emergentes mediterráneos actuó como cuña rompedora del mercado y contribuyó a transferir cantidades inmensas de turistas hacia España. 



Entre Túnez (dos millones) y Egipto (3,5) solamente, desviaron 5,5 millones de turistas, que se dice pronto. Ni siquiera contamos con las posibles cancelaciones a Marruecos, Argelia, Libia, Jordania, Israel, Siria, Turquía, etc. Es un buen trozo de la tarta turística. El fenómeno se estudiará, repito, algún día se explicará y se analizará en las escuelas de turismo. Hay que pensar que Egipto recibió en 2010 a 14 millones de turistas, bastantes más de los que suele recibir toda Baleares, si no me equivoco. 
Túnez a algo más de 6. Librarse de un plumazo de una competencia tan contundente ha sido un auténtico golpe de suerte, dejando de lado las dolorosas consecuencias para la población y las tremendas pérdidas en bienes materiales. Ibiza ha sido uno de los destinos más beneficiados, pues nuestros aumentos (de casi un 10%) cabe inscribirlos en el turismo de origen extranjero. Por desgracia, el turismo nacional sigue inmerso en una prolongada crisis de consumo que daña mucho a Ibiza y, por supuesto, otros destinos de la costa española. Las zonas más beneficiadas, según datos que ofrece Exceltur han sido por este orden: Baleares y Canarias, con bastante diferencia sobre Cataluña y la Costa del Sol. También han aumentado las principales ciudades de Andalucía, Valencia y Madrid. 

Casi dos de cada tres empresas turísticas han aumentado sus ventas, pero no sus beneficios. En España, la economía turística ha crecido un 2,6%, lo cual supone un crecimiento cuatro veces superior al resto de la economía nacional (7 miserables décimas y hay quien piensa que bastante menos). De manera que el turismo, considerado técnicamente como una exportación, ha servido de flotador a la nefasta política zapateril que ha dejado España arruinada y endeudada hasta las cejas. 
No es de extrañar que, con muy buen criterio, le haya destinado un ministerio, o un co-ministerio. Soñar con un IVA superreducido ya sería pedir el cielo. Hay que recaudar dinero de forma urgente y esquilmando todo lo que se mueva, pero es de esperar que en dos años se tome en consideración un golpe de timón para potenciar de forma seria nuestra industria, para que pueda competir de algún modo (de varios modos) con estos nuevos destinos que se incorporan al mercado mundial, con ofertas que son difícilmente igualables desde el interior de la Unión Europea. 
Tiempo tendremos, a medida que avancen las impresiones en las distintas ferias internacionales, de ajustar matices y de analizar la próxima temporada, pero ya he detectado algo alarmante: en lo que va de año, los precios de las habitaciones hoteleras han subido un 26%. Datos provisionales, como todo.