miércoles, diciembre 21, 2011

Más narcoturismo


Se han reunido los alcaldes de Ibiza, ignoro si también el alcalde de Formentera, en un Consell de Alcaldes, nombre confuso, porque ya tenemos otro Consell o Consejo. De manera que no puedo saber si han formado la Banda de los 5 o la Banda de los 6, y digo banda en un sentido sonoro, canoro, musical, casi ruidoso, que es lo que nos gusta en Ibiza. Y Formentera. 

Precisamente han puesto toda su sabiduría, que no ha de ser poca ni pequeña, para fomentar más de lo mismo, esto es lo que en estas páginas alguien bautizó como el narcoturismo. ¿No querías caldo, Margarito? Dos xiqueretes.

El Consejo de Alcaldes se pone de rodillas y ruega a los empresarios de las discotecas, ignoro si son 5 ó 6 (una disco para cada alcalde, pasen y amadrinen o apadrinen), que no abran ni cierren tan tarde.
La media docena de alcaldes ha picado. Han picado. Ellos ¿por qué piden esto a esos? Porque han acabado por creerse su propia publicidad, que a Ibiza viene la gente por las discotecas y que a una hipotética Ibiza sin discotecas no vendría el turismo.

Los que como yo somos de la época pre-discotequera sabemos que esto es una falacia. Claro que el turismo busca colocarse, ligar, beber y comer. Buen yantar, mejor bebercio y coyunda gimnástica en caso de ser practicable. Esto en Ibiza o en Benidorm, los jovencitos o los panteras grises de la tercera edad de Benidorm. Los humanos somos así, aunque también hay un turismo muy activo que va a Lurdes, Fátima, al Vaticano, etc.

Es decir, las discotecas de Ibiza -siendo magníficas, imaginativas y muy ruidosas- no han inventado ningún tipo de turismo, simplemente se aprovechan de la avalancha que cae sobre Ibiza en julio y agosto. El resto de meses (junio y septiembre) son para redondear. Y después cierran.

Por fin se va a realizar la prueba que yo siempre he pedido desde hace años: si fuera cierto que la gente viene a Ibiza como loca para colocarse con las pastillotas y la música disco, bastaría con dejar las discotecas abiertas. Y a esperar a los niñatos colocados que se vayan dejando sus billetes y llenando nuestros hostales (por cierto, en su mayoría sin calefacción). 

No caerá esta breva.

Las discotecas no aceptarán el envite. No recogerán el guante porque saben que en menos de cuarenta días quedarían en evidencia y se les acabaría el chollo y el victimismo. A excepción de mi querido Pachá, que aquí está todo el año. Todo esto se ha intentado en Roses, Lloret, en Alicante, en Mallorca. No funciona. 

La gente va donde quiere ir y después busca lo del turismo sexual o lo de la raya o la pastilla. Pero no a la inversa, puesto que en las cinco principales ciudades de Gran Bretaña tienen todo el material para colocarse, discotecas, antros, garajes donde bailotear, etc.

Pero como siempre digo y repito: si me equivoco, rectificaré públicamente. Yo lo que haría es arreglar lo que de los alcaldes dependa. Y déjense de puñetas y de experimentos que ya se han demostrado inoperantes.