sábado, diciembre 10, 2011

Los alemanes abandonan las Pitiusas

Foto: Manu Mielniezuk, Diario de Mallorca. Miles de turistas alemanes en la Playa de Palma para celebrar la victoria de su selección de fútbol.




Definitivamente, hemos perdido el turismo alemán. En la última década, los drásticos cambios de fisonomía, el deterioro de las costas y del interior de la isla, la construcción de grandes vías, no parecen haber sido del agrado de un turista que gratifica los parajes más o menos salvajes.
Ya conocíamos la tendencia de estos europeos, que tanta influencia cultural y turística han tenido en Formentera y en Ibiza a lo largo del siglo XX.
Cuando ya ganó el PP en 1996, España siguió el mismo modelo desarrollista que había potenciado el PSOE. Después Zapatero lo explotaría hasta la extenuación final, que nos ha llevado al hundimiento o a la explosión de la burbuja inmobiliaria (primero) y de deuda (después). 

Pero en el proceso, Ibiza ha quedado masacrada. No digas quedará en el futuro: ya ha quedado. Y como está Ibiza no atrae a los alemanes (ni a casi nadie). Si no existieran los amplísimos paisajes abiertos de Croacia, de Eslovenia, de Italia, de Bulgaria, de Turquía, etc., Ibiza tendría opciones. Pero ya no y vendrán cada vez menos.
«Estamos perdiendo Alemania. Aquí llegaron a venir casi 600.000 alemanes cada verano. Este verano tendremos suerte si viene una tercera parte. Lo preocupante no es una interrupción súbita, sino la tendencia y ésta nos dice con claridad que el turismo alemán no quiere venir a Ibiza, con crisis o sin crisis».
Las previsiones de este párrafo corresponden a un artículo de mayo de 2009, 'Perdemos Alemania'. La tendencia a la baja se ha ido acentuando de forma alarmante y ya no cabe duda de que si se va a seguir enterrando cientos de miles de euros en la promoción en Alemania se tendrá que reinventar las islas, se tendrá que reformular el mensaje, a sabiendas de que el turista alemán es exigente y suele estar muy informado. Y penaliza claramente la destrucción masiva del paisaje, aparte de que tenemos un competidor potente que nos va restando turistas: Mallorca.
Mallorca sufre una presión urbanística muy similar a la de Ibiza-Formentera, pero las dimensiones de la isla mayor diluyen la percepción de destrozo. Mallorca es al menos cinco veces mayor, más o menos.

A falta de los resultados finales por nacionalidades, podemos hacer una valoración a partir de las llegadas de extranjeros por el aeropuerto de Ibiza.
Los británicos han soportado la crisis y han aguantado el tirón, incluso han aumentado un 1,2%. Los italianos han seguido manteniendo la fidelidad a Formentera, ha llegado un 8,4% más que en el año anterior, es decir, 2010. Por motivos que desconozco el turismo holandés ha aumentado un 74%.
¿Y los alemanes? Se han desplomado casi un diez por ciento. Sumemos este descenso acumulado a los de la última década y podremos concluir de manera muy pesimista: hemos perdido el turista alemán, un cliente que llegó a superar con amplitud el medio millón anual, incluso superó en algunos momentos el menguante turismo inglés.
Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.