Una isla, un promontorio rodeado por el mar.... no es Ibiza, pero podría serlo. El mito de la isla.
En la Ibiza invernal no ocurren muchas cosas, pero no pocas veces suena la flauta por casualidad y podemos asistir a fenómenos casi paranormales.
Si alguien me dice en 1972 que podríamos asistir algún día a una representación en vivo de la ópera ´La flauta mágica´ yo hubiera alucinado. Quizás todavía no conocía ni siquiera esta hermosa ópera de Mozart, con libreto de Schikaneder, en 1791.
Armin Heinemann se ha cuidado de convertir esta fantasía en realidad.
Como la obra misma, parece una historia poblada de elfos y de hadas, que nace súbitamente en un lugar aislado por generación espontánea, sin contexto que la justifique ni la explique.
¿Ópera en Ibiza? Ni en Barcelona ni en Madrid, al menos no con la intensidad que podrían absorber estas capitales. El entramado del mundo de la ópera es muy costoso y las primeras figuras son perfeccionistas. No se puede degustar en vivo el amplio repertorio a disposición de la humanidad. Quizás sólo los muy pudientes puedan acceder a las óperas de NY, Viena, Sydney, Buenos Aires, Madrid, París...
Y de repente Ibiza, que es una ópera en sí misma, con la ventaja de no tener que pasar por dolorosos castings. Cada cual se disfraza a su gusto, vienen las cámaras de la telebasura italiana y nos filman a degüello.
La parte más divertida de la explicación de Armin es la que vincula a Mozart con Ibiza.
¿Pudo haber visitado la isla aquel genio de la música? Pudo, pero lo dudo. El mito de la isla poblada de hombres rústicos, muchos pinos, mar azul y rocas es un arquetipo que usó la cultura centroeuropea y sajona desde al menos el siglo XVII. Lo usará todavía más en el XIX en plena ebullición romántica... y que es cuando estuvo en Ibiza otro austríaco que de haber sido coetáneo de Amadeus habrían hecho buenas migas. Sí, el archiduque Luís Salvador de Austria, el constructor de la maravillosa mansión en Miramar, el visitante de Ibiza al menos en dos ocasiones (yo diría que tres, pero quizás no fue él sino algún colaborador).
Wolfgang Amadeus Mozart había nacido en Salzburgo, Austria en 1756 y falleció en 1791. Atención a las fechas del Archiduque, que nace en el maravilloso palacio Pitti de Florencia en 1847 y falleció en 1915.
Por lo tanto no pudieron coincidir físicamente, pero sí espiritualmente. Mozart podría haber leído ´Las Antiguas Pitiusas, la colosal obra del Archiduque y usarla en su obra ´La flauta mágica´ de haber existido.
Lástima que no pudo ser, pero da igual: Ibiza queda afectada por la regla áurea y cabe milimétricamente en el modelo arquetipo de isla bucólica son sus ninfas de purpurina, su gigante en la gruta de es Vedrà y sus escenas melodiosas y tiernas.
¿Esto es ópera o esto es vida?
En realidad la vida transcurre por otra parte. La vida tiene paperas y afonías.