sábado, diciembre 04, 2010

La famita



A los ibicencos de antes –a los de ahora casi no los conozco o no los reconozco– no nos gustaba emplear palabras contundentes ni denigrantes, al objeto obvio de evitar discusiones estériles que no llevan a ninguna parte. Por el contrario, en un giro humorístico irónico, solíamos emplear un sustantivo pero en diminutivo.
Los fenicios no solíamos decir ´chusma´ sino genteta, o sea gentecita. Como mucho, alguien fuera de sí podía referirse a la gentota. 

Los hippies fueron un jarro de agua fría para los primeros hoteleros de Ibiza y para la sociedad carca y bienpensante. Eso de que no se les discriminaba es un cuento que inventamos después, cuando vimos que podíamos instrumentalizarles para promocionar la isla olvidada. Basta leer algunos sueltos, artículos y cartas al director en el Diario de aquella época. Incluso así, no eran guarros ni maleantes, sino peludos como mucho.
Y así con casi todo, dependiendo siempre del ingenio popular del momento.

Lo que hoy tiene Ibiza no es fama, ni siquiera mala fama: es fameta. Famita. Hemos alcanzado un tal grado de famita que hoy podemos decir sin miedo a equivocarnos que un norteamericano medio, que son bastante... (ejem... iba a escribir asnos)... paraditos, sabría situar antes a Ibiza en un mapa que a Johanesburgo, Sucre, Rosario, Santiago (de Chile, de Cuba o de España, da lo mismo), Lyon, Génova, Atenas, Róterdam, Casablanca, Fortaleza, etc.

Una islita con unos cien mil habitantes en invierno y casi 300.000 en verano es conocida en todo el planeta con una potencia de fuego real que asusta. Y pensar que estos nacionalistas ineptos lo primero que hicieron al llegar fue intentar cambiarle el nombre.
¿Fama o infamia? Da lo mismo, famita. 
Si los hoteleros, los restauradores, los bares, las tiendas supieran vencer la ineptitud de los políticos del Govern balear y de los Consejos Insulares y consiguieran la fórmula para hacerlas lo accesibles que su fama requiere, Ibiza y Formentera se convertirían en unas islas con más de medio millón de habitantes fijos.

Como yo leo prensa mundial, al menos la hojeo, voy encontrándome con Ibiza en muchas noticias escabrosas, truculentas, falsas o escandalosas. Da igual. Ibiza sirve para nutrir a la prensa y a las televisiones. ¿Qué hubiera sido de Tele 5 de no haber descubierto Ibiza como un plató del que se nutre gratis? (Por cierto, el Ayuntamiento de Vila podría reconsiderar desplumarles, aunque dudo que sepan enfrentarse a los italianos de Tele-5).
La última es una pobre chica inglesa que estuvo de vacaciones en Ibiza y al día siguiente de regresar a su casa se lanzó desde un décimo piso, con una nota diciendo que temía estar enloqueciendo. Pero el Daily Mail mete a Ibiza en la escena. Es que, si no, la noticia no tiene mayor misterio..., de lo perdido saca lo que puedas. 
¿Estamos fotudets –jodidillos– o sólo un poco fastidiados por nuestra famita? No sé, yo empiezo a estar hartito, fartet.