miércoles, julio 14, 2010

El turista atónito


Ha llegado el verano, tiempo de turistas. Vienen a Ibiza y muchos quedan atónitos, algunos catatónicos, ya los menos, gracias al cierre de los afters, entre otras razones, pero en general para los queridos becarios del Diario la gente suele hablar, atónitos pero no afónicos...
… no os sintáis ofendidos, yo tengo más de medio siglo y sigo siendo becario, casi soy becario vitalicio y además para pánico de mis pocos enemigos supervivientes no me puedo retirar porque no tengo jubilación, pero tampoco pienso jubilarme nunca. Antes muerto que jubilado. Entendedme, al único de Ibiza que tengo envidia es a Antonio Torres Font, licenciado jubiloso que encima se dedica al arte y … a pocos más. Remarco lo de licenciado, porque Torres Font se parte de la risa cada vez que habla de las licenciadas, pero eso es une histoire a clef que sólo entienden quienes conocen Ibiza al menos desde 1998.
Unos turistas, Miguel y Marián, de Galicia dicen que no les ha gustado nada ver a tantos turistas borrachos. Tienen razón, pero la mejor forma de no verlos es emborrachándose uno (a su vez) y seguir la corriente de la manada. Si sabré de lo que hablo. Eso mismo ocurrirá con muchos españolitos que piensan que Ibiza no va en serio. Aquí no estáis en un plató de la pringosa Tele5, aunque también: Ibiza va en serio, por suerte o por desgracia.
¿No me creéis? Preguntad en urgencias.
Pero yo me paseo por toda España desde el año 2000 y aun desde antes y siempre les mando a Ibiza: es una licenciatura para imberbes y parejitas que se cogen de la mano en el barco cuando van a Ibiza. Ya de regreso o se cogen por el cuello o uno se sienta en proa y otro en popa. Que Ibiza te pone a prueba, chico, y lo mejor que puedes hacer es no tomarte casi nada en serio, sobre todo a ti mismo. Sin perder la verticalidad, como sabe cualquier pulpo.
Yo conozco parejas que se han rejuntado 30 años después. No saben porqué se casaron ni porque se separaron; lo único que saben ambos contendientes (perdón, pretendientes) es la explicación: “fue Ibiza”. Fue Ibiza, pero eso ya pasó. Quizás sea cierto. Ibiza, tomada en exceso, puede dañar seriamente tu salud, decíamos antes.
Por esto los mejores ejemplares macho de espaldas plateadas se van de Ibiza. Y hembras. El cuerpo aguanta lo que aguanta y algunos ya no soportarían ni una estocada más.
Bah, eso que cuentas lo puedes decir igual de Madrid, de Bilbao, de Valencia....
Es posible, quizás. Sólo que Ibiza tiene un imán que te retiene hasta convertirte en polvo de jengibre. De Madrid te vas o cambias de chamberí en 10 minutos. De Ibiza no puedes moverte. Estás clavado, y nunca mejor dicho, no sólo por la inercia, sino incuso por los precios de Acciona y de Baleària. Cómo será el salvaje oeste marítimo de Ibiza que incluso la Comisión Nacional de la Competencia les ha abierto un expediente. Espero que no sea una cortesía dilatoria mesetaria para seguir tomando el pelo a los pitiusos, que ya lo tenemos todo muy tomado, incluso la pelambrera.
Gallegos, mesetarios, andaluces, extremeños: venid a Ibiza con vuestra pareja. Si sobrevive el matrimonio estáis preparados para vencer todas las tempestades.