miércoles, diciembre 12, 2007

Viajes baratos y reservas directas

Los métodos de manipulación del turista han ido cambiando de manera gradual, casi imperceptible, durante los últimos veinte o quince años.
La agencia de viajes era el gran contratante, el intermediario y el comisionista. No ha desaparecido y sigue cumpliendo una función difícilmente reemplazable en viajes de características determinadas.
Pero el consumidor se ha apropiado del teclado y tiene acceso directo a la recepción del hotel que va a comprar para sus siete días de vacaciones.
En primer lugar, este turista ya no compra el paquete entero.
Elige desde su ciudad la ubicación exacta del hotel, el nivel de sus instalaciones y servicios, el precio y las fechas.
Hace años que conocemos este fenómeno, pero finalmente todos lo han aceptado como un hecho consumado.
El Diario de Ibiza del 18 de noviembre, 2007, ofrece más detalles en una página completa, la 3. «La mitad de los turistas que llegan a Eivissa hacen sus reservas a través de Internet».
Finalmente ha ocurrido. Quienes no se integren a toda velocidad en las nuevas tecnologías quedarán fuera del mercado, decía hace unos años. Fácil previsión.
Pero que la mitad reserven directamente es un dato sustancial, que supera las previsiones. Admito que ha ido más deprisa y más a fondo de lo que había pensado.
¿Y si reservan ellos directamente, cómo vienen?
La formalización de las reservas no podría haberse efectuado de no existir hoy una amplia oferta de aviones de bajo coste (y de bajos servicios, todo hay que decirlo). Datos: «La llegada de turistas a Eivissa en low cost sube un 30% hasta septiembre» (Diario de Ibiza, 19-XI-07)
Antes llegaban muchos con su moto, con su coche o con su bicicleta, vía marítima. Pero hoy ni eso: aviones nuevos, estilos nuevos, se han apropiado de algunos aeropuertos y son auténticos jabatos.
Arriesguemos de nuevo: ¿y este estilo, esta forma de trabajar se mantendrá?
Recordemos: reserva directa-vacaciones más cortas-transporte avión barato.
Aquí las previsiones dependen de un factor que no controlamos: el precio del carburante. No son buenas las noticias. Los precios de los transportes a la fuerza tendrán que amortiguar estas subidas del barril de petróleo. De manera que la respuesta es muy concreta: seguirá así mientras se puedan absorber las subidas escalonadas del combustible.
El mercado mundial global tiene sus inconvenientes: nuevos mercados emergentes ofrecen sus playas, pero también exigen su cuota de petróleo. Y no tiene visos de bajar precios. Ibiza tampoco puede bajar, así que hay poco margen.

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